Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Reinventando la rueda de los negocios

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La economía global necesita una unidad de cuidados intensivos. Y así como aún no hay medicina disponible para prevenir o combatir la propagación del coronavirus, tampoco hay cura para la salud precaria de empresas, negocios e industrias. El creciente desempleo y un pronóstico económico premonitorio plantea grandes cambios para Estados Unidos y el resto del mundo. 

Cada día es más claro que algo nuevo ocurre ante nuestros ojos, algo que cambiará notablemente nuestra actitud hacia la vida, negocios, familia, nosotros mismos y el mundo.

Cada día es más claro que algo nuevo ocurre ante nuestros ojos, algo que cambiará notablemente nuestra actitud hacia la vida, negocios, familia, nosotros mismos y el mundo. Si dejamos de aferrarnos al pasado y damos la bienvenida al proceso por el que atravesamos con mente abierta, podremos pasar por los dolores del parto, al nacimiento de un mundo nuevo, con relativa facilidad.

A través de la historia, las estructuras socioeconómicas han sido alteradas muchas veces: por ejemplo, pasamos de la sociedad tribal en tiempos pasados, a la esclavitud, al feudalismo, al capitalismo, al comunismo. Ahora entramos a una nueva configuración que será totalmente diferente de todo lo anterior, porque se construirá con nuevos principios en las relaciones humanas.

Ya en el siglo pasado, el efecto mariposa y otros modelos de sistemas complejos y dinámicos, comenzaron a ilustrar nuestra interrelación e interdependencia. Hasta ahora, no hemos podido internalizar el significado de interdependencia, pero nuestra experiencia con la pandemia y sus consecuencias, no nos dejan otra opción que construir estructuras sociales, políticas, industriales y económicas con una visión renovada.

Cuando la pandemia llegó, nos recordó de forma contundente, que debemos acercarnos, reconocer que el mundo en el que vivimos es integral y circular. Podemos avanzar a nuestra siguiente etapa de evolución de manera gentil, cómoda y rápida, comprender con más claridad qué hay que hacer y hacia dónde debemos ir. No hay necesidad de esperar que golpes más dolorosos, nos den instrucciones.

Viendo hacia atrás, parecíamos felices y contentos con la vida superficial, porque estábamos acostumbrados y no había incentivo para cambiar. Pero, resulta que la vida tiene su propio ritmo dinámico y no se detiene a ver nuestras preferencias. Estamos en un período de transición, debemos cambiar como seres humanos y esto también tendrá implicaciones para los negocios mundiales.

Primero, tendremos que darnos cuenta de que vivimos en una nueva era que requiere una transformación fundamental. El coronavirus nos indica que, lo queramos o no, debemos aceptar el cambio, porque si no, no tendremos futuro.

También es importante entender que la necesidad de cambio viene de la naturaleza y no de ningún gobierno o grupo financiero. La naturaleza es más inteligente y fuerte que todos ellos.  Si queremos sobrevivir, necesitamos entender a donde nos lleva la evolución -hacia la integración y la consideración mutua.

No girar más las ruedas

La naturaleza nos lleva a tener armonía con el mundo integral, porque la unión es la ley más alta de la naturaleza, el principio supremo. Una fuerza única que opera en el sistema de la naturaleza, maneja la realidad y nos guía para unirnos entre nosotros y con la naturaleza.

El cambio crucial que la naturaleza requiere es que organicemos una sociedad cuyo ímpetu interno y fuerza conductora sea; altruismo y preocupación por otros, en vez del ego siempre inconforme. En otras palabras, la transformación requerida no se centra directamente en negocios e industrias. Su objetivo es la transformación interna de cada uno, una nueva perspectiva y una clase de interacción a nivel interpersonal.

Aunque las organizaciones están trabajando para consolidar su fuerza de trabajo, se necesita un tipo de consolidación fundamentalmente diferente, para la nueva visión integral. Hasta ahora, el éxito de una organización, negocio o equipo, fue definido por valores de competencia egoísta: “nosotros” nos reunimos para superar la competencia, una visión mental, basada en “nosotros” y “ellos”.

En la visión integral de la nueva realidad a la que entramos, todos somos un organismo llamado humanidad y nos esforzamos por ser lo mejor, en bien de los otros y no de llenar nuestro bolsillo.  Trabajamos con la meta de beneficiar a todos y eso nos guía cada paso. Si por ejemplo, encontramos que alguien más hace lo mismo, pero mejor que nosotros, no trataremos de destruirlo; por el contrario, le daremos total apoyo.

Una visión integral eleva la barra, del beneficio individual al beneficio del sistema total. La nueva regla de competencia estipula que sólo las partes del sistema realmente esenciales y provechosas para el colectivo, permanecen activas.

Implementar la ley de integración en negocios implica aprender y capacitar. Dueños, gerentes y empleados, todos necesitan aprender a trabajar juntos sin tropiezos, como componente esencial de un sistema. Para hacerlo, debemos aprender la ley de integración, saber de dónde viene, qué incluye, qué requiere de nosotros, por qué debemos obedecerla y así, ganaremos -tendremos éxito colectivo e individual.

Aquellos que están dedicados a implementar la ley de integración en su negocio u organización prosperaran. Mientras más cálidas, consideradas y solidarias sean nuestras relaciones, más grande será el éxito de nuestro negocio. Este es la nueva rueda de negocios que hará girar al mundo.

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