Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

El poder de las maldiciones y el poder del amor

maldicionesUn estudiante me preguntó acerca de una nueva serie de televisión en Israel, que cuenta la historia de una familia en Jerusalén en la que las mujeres de la familia fueron maldecidas con casarse con hombres que no las aman. Aparentemente, generación tras generación, estas mujeres son miserables en su matrimonio. El estudiante quería saber si realmente existe una maldición y si las maldiciones realmente pueden infligir un daño así.

Una maldición refleja la mala voluntad de una persona hacia otra. La naturaleza humana, lo sabemos por la Biblia, es malvada desde su juventud. Por eso, nuestro mundo se parece cada vez más a una maldición. La mala voluntad también puede dirigirse a personas específicas y podría causarles daño personal. A lo largo de los años, he conocido a varias personas, por cierto, la mayoría mujeres, que podrían enfermar a alguien con sólo mirarlo. Felizmente, hoy menos personas tienen esos poderes. Sin embargo, dado que nuestras intenciones hacia los demás generalmente son negativas, incluso sin tener la intención, constantemente arrojamos flechas a los demás, eso nos hace sentir mal e infelices a todos.

Las maldiciones no son incurables; podemos protegernos de ellas. Dado que reflejan mala voluntad, la protección contra ellas es la buena voluntad. Si indiscriminadamente, tratamos de difundir buena voluntad, nos protegeremos de los pensamientos negativos.

Esto es cierto, no sólo cuando se trata de maldiciones. Dado que el mundo está en el lío en el que está, debido a la mala voluntad, la forma de remediarlo es difundiendo buena voluntad. Si cambiamos nuestra actitud de buscar el daño ajeno, a buscar el beneficio de los demás, favoreceríamos al mundo con nuestros pensamientos, pero primero, a nosotros mismos.

No es una idea tan simplista como puede parecerles a algunos. Dado que la naturaleza humana es inherentemente mala, necesitamos reunir el apoyo de mucha gente para crear un entorno social que respalde y recompense la buena voluntad y que condene y reprenda la mala voluntad. Ahora mismo, estamos haciendo lo contrario. Sólo con ver lo que admiramos y pensar en los valores que representan, comprenderás la revolución que nuestra sociedad necesita.

Podemos hacerlo. Si cambiamos nuestros valores, cambiaremos nuestros ídolos. Si cambiamos nuestros ídolos, la gente que se hará famosa será la que represente cariño y preocupación por los demás. Cuando logremos crear ese ambiente entre nosotros y en el medio que nos rodea, cambiaremos el mundo. No se necesita nada más, sólo un cambio de corazón, de malo a bueno.

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Un comentario sobre “El poder de las maldiciones y el poder del amor
  1. Ale Martínez dice:

    Me parece acertado lo que nos comparte.

    Amar ante todo la paz y lo bueno para generar cambios en nuestra sociedad.

    Gracias

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