¿Qué puede hacer que una persona suicida desee vivir?

En mayo del 2019, en Malasia, una joven de 16 años se quitó la vida trágicamente, tras publicar una encuesta en Instagram en la que pedía a sus seguidores que eligieran entre vida y muerte. La pregunta de la encuesta era «Muy importante, ayúdenme a elegir M/V», donde M significa muerte y V vida. La policía informó que, al momento de su muerte, el 69% de los encuestados había elegido «M» (muerte). La adolescente fue encontrada muerta en la planta baja de un edificio en la ciudad de Kuching, en la isla de Borneo. Este incidente desató debates sobre la salud mental, el comportamiento en línea y la responsabilidad de las plataformas de redes sociales en la protección de usuarios vulnerables.

Y no es sorprendente. Si fuera fácil, mucha gente elegiría la muerte, simplemente tomar una pastilla, dormirse y ya está. ¿Para qué soportar el sufrimiento cuando la vida no ofrece plenitud ni inspiración ni realización de los sueños? Si no le vemos sentido a la vida, la existencia misma se convierte en una carga. Además, vivimos con la certeza de que, al final, como sea, todos moriremos.

Precisamente por eso, la sociedad y el Estado deben impedir que estas ideas se arraiguen. La Torá ordena: “Elige la vida”. Esta elección debe ser una que nos apliquemos nosotros mismos. En otras palabras, debemos intentar buscar y esforzarnos por descubrir la verdadera vida. La sabiduría de la Cabalá ofrece ese camino, pero debemos llegar a él voluntariamente. Gracias a esta sabiduría, podemos encontrar la vida eterna y perfecta que existe más allá de los confines de nuestra realidad actual.

Pero ¿por qué la gente llega a esa desesperación? Para que pueda reconocer que la vida sí tiene sentido, pero no el sentido por el que estuvieron viviendo. La mayoría vive una vida similar a la de los animales, dictada por la supervivencia básica y los placeres fugaces. Pero no fuimos creados sólo para intentar sobrevivir y disfrutar unos cuantos años. Fuimos creados para elevarnos a un nivel de existencia completamente diferente.

De hecho, la vida realmente vale la pena vivirla. Pero, debemos comprender que más allá de esta vida actual, hay una vida superior en el mundo superior, por encima de nuestro deseo egoísta de disfrutar sólo en beneficio propio y más allá de las luchas pasajeras de este mundo. La vida es precisamente para descubrir la realidad superior, el propósito de la existencia y elegir la vida en su sentido más pleno y eterno.