Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Qué nos dice el asesinato de Sarah Halimi

Sara halimi

(Reunión para exigir que el asesino de Sarah Halimi, Kobili Traore, sea llevado ante la justicia, a pesar de que se le consideró irresponsable en el momento de los hechos, porque había fumado cannabis y había sufrido un ataque de demencia. Están presentes muchas personalidades. Fotografía de Nicolas Portnoi / Hans Lucas)

Hace algunos días, miles de personas se manifestaron en París para protestar por la reciente decisión del Tribunal de Casación francés de absolver de responsabilidad penal al asesino de Sarah Halimi, porque tomó cannabis antes de matarla. París fue el centro de las protestas, pero también hubo manifestaciones en Tel Aviv, Londres, Roma, Nueva York, Los Ángeles y varias otras ciudades alrededor del mundo.

Sarah Halimi, judía de 65 años. El 4 de abril del 2017, su vecino musulmán, Kobili Traoré, de 27 años, irrumpió en su apartamento en el tercer piso, la golpeó salvajemente y la arrojó por la ventana, mientras gritaba en árabe Allahu akbar (Alá es grande). Después del asesinato, él declaró: «Maté al Shaitan (en árabe: espíritu maligno)».

Inicialmente, las autoridades francesas no etiquetaron el asesinato como antisemita, hasta que la crítica pública las obligó a reconocerlo como tal. Sin embargo, en 2019, cuando finalmente el veredicto fue dado, el agresor fue declarado mentalmente incapacitado para el juicio, porque había consumido cannabis, eso le indujo un estado de psicosis. La decisión fue apelada, pero hace unos pocos días, el Tribunal Supremo de Casación sostuvo la decisión del tribunal inferior. Como resultado, según The Jerusalem Post, Traoré «puede andar libre».

Tan deformado como parece ser el fallo, los judíos no deberían esperar justicia en ningún lugar del mundo. Justicia significa que hay equilibrio entre lo bueno y lo malo, pero hoy no hay nada de eso. Dondequiera que mires, reina el mal.

Peor aún, los únicos que pueden lograr el equilibrio entre el bien y el mal son los judíos. Por eso, como reina el mal, los judíos lo padecen y además, son acusados de crearlo. Los judíos no crean la maldad. Los seres humanos son inherentemente malos o como está escrito, «La inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud” (Génesis, 8:21). Sin embargo, los judíos están destinados a traer el bien y la bondad, con la que Abraham fundó la nación y la que generaciones de profetas y líderes espirituales cultivaron, por encima de innumerables regresiones al odio mutuo.

El criterio clave para detectar el antisemitismo es el «doble estándar», cuando se juzga a los judíos con una vara diferente a la que se usa para la gente de otras naciones. Pero, ésta vara común; pocos se relacionan con los judíos de la forma en que se relacionan con los miembros de otras naciones porque, incluso si es inconscientes, la gente espera que los judíos den ejemplo de bondad, de responsabilidad mutua y todo lo que son los principios de nuestra fe. Cuando no cultivamos estas cualidades entre nosotros, las naciones siguen nuestro ejemplo y nos culpan por todo el odio que les rodea. Pues, sin el ejemplo de la nación que se supone que es «luz para las naciones», ¿qué puedes esperar del resto del mundo?

Tomemos, por ejemplo, a Vasily Shulgin, nacido en Ucrania, que fue un alto miembro de la Duma, el Parlamento ruso, antes de la Revolución Bolchevique de 1917 y rabioso antisemita autoproclamado. En su libro What We Don’t Like about Them (Lo que no nos gusta de ellos), explicó cuál creía que era el problema con los judíos. Shulgin se quejó de que «los judíos del siglo XX se han vuelto muy inteligentes, efectivos y vigorosos al explotar las ideas de otras personas». Pero de repente, da un giro brusco del bulo trillado y declara: “(Pero) esta no es una ocupación de maestros y profetas, no es la función de los guías del ciego ni la función de los que llevan al lisiado».

De hecho, el mundo necesita un mensajero de bondad. Tal como lo hizo Abraham en la antigüedad, ahora está sobre nosotros, los judíos. Hasta que aceptemos esta idea y tomemos la misión de equilibrar el mal con el bien, el mundo seguirá relacionándose con nosotros como el Shaitan.

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Un comentario sobre “Qué nos dice el asesinato de Sarah Halimi
  1. Rosa Maria Lomeli Delgado dice:

    Dios los bendiga grandemente 🙏🙏🙏

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