Percibimos la realidad a través de nuestro ego, que filtra todo según los deseos e intereses personales. Esta percepción egoísta moldea nuestra visión del mundo, la convierte en una experiencia dirigida hacia el interior.
Para desarrollar el sexto sentido, una forma de percepción totalmente nueva, debemos cultivar un sentido opuesto, dirigido hacia el exterior en lugar de hacia el interior. Para hacerlo, debemos desarrollar conexiones positivas con los demás, trabajar juntos para construir una vasija común de percepción que surja del deseo colectivo de elevarnos por encima de los intereses egoístas y unirnos, de forma similar a la unidad, interconexión e interdependencia de la naturaleza.
Con nuestro anhelo de unidad, construimos un nuevo sentido altruista, un sexto sentido, esa es la percepción que nos pertenece a todos. Gracias a este sentido, podemos percibir la realidad más allá de nosotros mismos. La nueva imagen con conciencia expandida, es lo que llamamos “mundo superior”, una percepción de la realidad que no está limitada por el ego, sino iluminada por la fuerza de unidad positiva que habita en la naturaleza.
Este cambio se logra con nuestras acciones para unirnos por encima del deseo egoísta y así, sentimos la realidad completa, interconectada e interdependiente en la que existimos. A medida que alcanzamos este nuevo sentido, nuestra percepción cambia y podemos sentir la vida de forma completamente nueva, una forma mucho más amplia, completa y eterna.
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