Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Los límites del desarrollo tecnológico

desarrollo tecnológico límitesEl contraste evidente entre la realidad actual y la vida que podríamos tener es cada vez más doloroso. Es doloroso porque podríamos estar viviendo en el paraíso. En cambio, estamos haciendo de nuestra vida un infierno en la tierra, con nuestras propias acciones.

Por un lado, algunas partes de la humanidad han vivido todas las etapas de desarrollo, desde la Edad de Piedra hasta la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, pasando por el feudalismo y la esclavitud, el socialismo y el capitalismo, la autocracia y la democracia. Al mismo tiempo, otras partes de la humanidad están atrapadas en algún lugar de esos tres primeros períodos. La brecha entre las etapas de desarrollo en diferentes lugares del mundo crea brechas en todos los aspectos de la vida y obstaculiza el progreso de la humanidad.

En ese estado, la tecnología, por muy avanzada que esté, no puede ayudar. Incluso donde la hay, la gente la usa para maltratarse mutuamente, en lugar de elevar a la humanidad a las alturas que podría alcanzar. Por eso, la solución a los problemas de la humanidad no es más tecnología, sino una educación adecuada que eleve a la humanidad de la barbarie del abuso mutuo y la aniquilación.

Lo que debe cambiar ahora, no es cómo nos comunicamos, sino cómo nos conectamos. Si nos elevamos de la actitud de beligerancia constante y dejamos de actuar como clanes de hombres de las cavernas que luchan por terrenos de caza, si actuamos como la sociedad humana global en la que nos hemos convertido, podremos maximizar los beneficios de la tecnología en bien de toda la humanidad.

Creo que ya es evidente que la agresión, no paga. El mundo ya no tolera a los matones.

Necesitamos llegar a ver que la estructura y dirección de la evolución es hacia una mayor colaboración y cooperación. Aunque la naturaleza creó fuerzas contradictorias, no hay guerras en la naturaleza; hay complementariedad. Cada elemento de la naturaleza depende y sustenta a su opuesto. Si lo entendiéramos, cosecharíamos los beneficios de la complementariedad en lugar de, desesperadamente, intentar destruir a aquellos que consideramos enemigos.

En nuestra ceguera, no vemos que nuestra supervivencia y prosperidad, dependen de la supervivencia y prosperidad de nuestros enemigos. Si pudiéramos ver esta verdad simple, entenderíamos la locura de la guerra.

No tenemos idea de qué poderes desataremos, cuando comencemos a cooperar en lugar de aniquilar. Todo lo que actualmente funciona contra nosotros comenzará a trabajar a nuestro favor, porque también estaremos trabajando a su favor.

Actualmente, sentimos que todo se esfuerza por destruir o dominar todo y a todos. La complementariedad es exactamente lo contrario: Todo sostiene y apoya a todo y a todos los demás. Si el universo no operara así, no existiría ni por una fracción de segundo. Una vez que lo entendamos y comencemos a operar en consecuencia, descubriremos una nueva realidad de poderes y abundancia ilimitados, que trabajan a nuestro favor.

La única forma de hacer estos descubrimientos es cambiando nuestra actitud, como se dijo antes, de la beligerancia a la cooperación. Las divisiones y enemistades que actualmente percibimos en la humanidad desaparecerán y la gente trabajará como una unidad, cuyos elementos desempeñarán sus respectivos roles en perfecta armonía con los demás elementos de la creación.

El desarrollo tecnológico no será problema, pues la complementariedad garantizará que todos obtengan exactamente lo que necesitan, tanto como lo necesitan y exactamente cuando lo necesitan. Simplemente, cambiar nuestra mentalidad nos llevará a la era de la abundancia.

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