Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Limpiemos la Tierra de la contaminación de la naturaleza humana

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Un policía en Mumbai habla por teléfono frente a un cartel que dice «Día Mundial de la Tierra». Con motivo del Día de la Tierra se organizó una campaña para recoger basura y así concientizar sobre el medio ambiente. (Foto de Ashish Vaishnav / SOPA Images/Sipa USA)

La ONU recientemente celebró el Día Internacional de la Madre Tierra, como recordatorio para proteger el medio ambiente. Las olas de calor, las sequías, los incendios y las fuertes lluvias que provocan graves inundaciones son cada vez más frecuentes en muchas partes del mundo, debido al cambio climático, que afecta a la población mundial. 

La Tierra se enfrenta a una «triple crisis planetaria», advierten funcionarios de la ONU. Las principales áreas de preocupación respecto al estado actual del medio ambiente son: alteración del clima, pérdida de la naturaleza y biodiversidad y contaminación y residuos. Este año, el tema del Día de la Tierra es «Invertir en nuestro planeta», ¿cuál sería la mejor inversión de la humanidad para el planeta?

Tenemos que empezar por limpiarlo. No hay ningún lugar en la Tierra donde el aire y el agua estén limpios y eso es un verdadero problema. En teoría, abordar esta cuestión debería ser nuestra prioridad a la hora de tomar medidas para mejorar el pésimo estado del planeta. Pero no nos engañemos. Un plan así, por sí solo, no resolverá nada. 

Sólo ayuda a las organizaciones internacionales a justificar su existencia. Marcan el «hecho» para recaudar dinero y ya está. Si no mejoramos nuestras relaciones, no lograremos la gran y ambiciosa meta de mejorar nuestra naturaleza como queremos y necesitamos alcanzar a nivel mundial. Nunca lograremos un buen resultado con medidas burocráticas y mecánicas. 

Hay mucha gente sentada en su cómodo despacho lucrando con la crisis ambiental y exigiendo dinero y respeto. No paran de volar de un extremo a otro del mundo en todo tipo de misiones, para hacer mucho ruido con lo que «hacen» y creen que todos «deben oírlo», como si supieran lo que está pasando, pero en la práctica no vemos ningún progreso real. También de ellos debemos limpiar la Tierra, pues se dedican a campañas inútiles que sólo causan daño, porque engañan a todos y nos alejan de la verdadera solución.

La limpieza del planeta debe comenzar de adentro hacia afuera. Si no limpiamos el planeta desde dentro y seguimos con nuestro comportamiento imprudente y con la naturaleza egoísta de nuestro corazón, como es ahora y nada mejorará. Las inmensas sumas invertidas en iniciativas para mejorar el medio ambiente, deberían usarse para difundir procesos educativos destinados a optimar la forma en que nos relacionamos. 

El ser humano es el factor más desarrollado y el que más influye en todos los niveles de la naturaleza: inanimada, vegetal, animal y humano. Dado que ocupamos el nivel más alto de la naturaleza, sólo con relaciones positivas mutuas lograremos un buen efecto en el medio ambiente, el clima y la naturaleza en general. Por el contrario, si dejamos que nuestros impulsos divisivos destrocen las relaciones humanas, destruimos el entorno, la naturaleza de la que depende nuestra vida. 

Mientras más podamos corregirnos, cambiando nuestra actitud divisiva por actitudes positivas de apoyo mutuo, estímulo, responsabilidad mutua y preocupación recíproca, más respuestas positivas recibiremos de la naturaleza. Y mientras más sigamos sin hacer esta corrección necesaria, más retroalimentación negativa recibiremos de la naturaleza como lo hemos visto, en forma de desastres naturales y pandemias.

Es muy importante que organicemos nuestros pensamientos, deseos y cualidades para que entendamos que la salvación del medio ambiente y el cambio hacia un futuro mejor dependen únicamente del cambio de nuestra actitud mutua: en lugar de ego antagónico, buscar relaciones positivas, compasivas y cooperativas.

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Un comentario sobre “Limpiemos la Tierra de la contaminación de la naturaleza humana
  1. Rosa María Lomeli Delgado dice:

    Gran verdad!!! Gracias pir tan extraordinaria reflexión. Dios los bendiga grandemente.

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