
Bill Gates, cofundador de Microsoft, prohibió que sus hijos tuvieran teléfonos inteligentes antes de cumplir 14 años. También estableció reglas familiares, como no usar teléfonos en la mesa y tener una hora para «desactivar la pantalla» y así garantizar horarios de sueño adecuados. Gates explicó que estas restricciones buscaban equilibrar los beneficios de la tecnología, como las tareas escolares, mantener el contacto con los amigos y evitar el uso excesivo.
También, Evan Williams, cofundador de Twitter, decidió no darles a sus hijos iPods ni dispositivos similares. En su lugar, su casa está llena de libros físicos para que lean. La familia Williams limita el acceso a internet de sus hijos, se enfoca en el aprendizaje con DVD en lugar de navegar en línea sin restricciones.
Apoyo plenamente esos límites claros, porque los teléfonos inteligentes llenan la mente con tonterías, de las cuales debemos proteger a los niños, tanto como sea posible. Si los padres comprenden la necesidad e importancia de restringir el acceso de sus hijos a internet, encontrarán diversas maneras de hacerlo. Pero primero es necesario inculcar esta importancia en los padres.
Por supuesto, vivimos en la generación de los smartphones, pero todo depende del propósito y del tiempo que se les dedique. Cuando los niños pasan horas al día pegados a los dispositivos, les absorben la mente. Dejan de desarrollarse como seres humanos verdaderos. Tenemos que comprender que la naturaleza humana sin límites, simplemente se pierde. Por eso, debemos imponer restricciones estrictas a la exposición de los niños a internet, permitirles acceso sólo en horarios muy específicos y cuidadosamente seleccionados, preferiblemente sólo para la comunicación educativa específica.
Si fuera por mí, crearía programas educativos y de desarrollo, adaptados a niños y jóvenes. Somos animales por naturaleza, por eso, necesitamos que se nos muestre lo que está bien y lo que está mal, lo que funciona y lo que no. Hasta que el niño interiorice esta estructura, podremos expandir su mundo lenta y cuidadosamente.
Desafortunadamente, hoy, la generación adulta no coordina adecuadamente la crianza de la siguiente generación. No hay un plan serio ni un sistema unificado para criar a los niños como seres humanos responsables y desarrollados. La sociedad permite que los niños se dejen llevar por la corriente.
Cuando vemos el panorama general, la humanidad demuestra que no le importa esta generación. Un pequeño número de padres aún intenta hacer algo, incluso así, tienen las manos atadas. Se levantan temprano, llevan a sus hijos a la escuela, van al trabajo y vuelven a casa exhaustos. Se sientan frente al televisor, mientras sus hijos se sumergen en sus dispositivos. La mayoría no sabe qué hicieron sus hijos durante el día y ese ciclo se repite sin cesar. El propio sistema atrapa a los padres en estas limitaciones.
Además, aunque Gates y Williams dan ejemplo para restringir el uso de internet de sus propios hijos, no dan un ejemplo completo a seguir. No creo que sus hijos crezcan siendo particularmente diferentes. Vivirán en la misma sociedad que los demás. Si los multimillonarios fueran realmente sabios, se darían cuenta de que, no basta con aislar a sus hijos. Es necesario cambiar el mundo para garantizar un futuro diferente a sus sucesores.
Si no logran mejorar la sociedad, sus esfuerzos personales se desmoronarán. Sus hijos seguirán ahogados en la misma realidad desgarradora. Podrán conducir autos de lujo o navegar en yates, pero seguirán atrapados en un mundo que no ofrece una verdadera salida ni verdadera plenitud.
Para construir un futuro mejor para sus hijos y nietos, necesitan transformar su entorno social. El verdadero entorno de sus hijos no se limita al hogar ni a la escuela; es el mundo en su conjunto. Para proteger a sus descendientes, deben trabajar para reconstruir el mundo para todos.
Cambiar el mundo no es repartir dinero ni establecer nuevos sistemas. Es dar prioridad a una educación genuina, significativa y basada en la conexión. Sólo con una educación adecuada podemos crear un nuevo ser humano, una nueva sociedad y así, construir un entorno de más armonía, paz y felicidad para las generaciones futuras.


