Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Cegados por el odio

Israel láser odioHay una «arma» nueva que los palestinos usan contra los israelíes: láseres cegadores. Todas las noches, los habitantes de cierta aldea palestina dirigen potentes láseres a los ojos de los conductores israelíes para cegarlos, esperan provocar accidentes. Hasta ahora, no ha habido ninguna respuesta por parte del ejército israelí, aparte de afirmar que el ejército «está trabajando para erradicar el fenómeno». Cuando la gente está cegada por el odio, no tiene fin lo que hará para herir a los que odia. Por eso, la respuesta de Israel debe incorporar dos elementos: tomar represalias contra el terror y mitigar el odio.

El primer elemento es relativamente sencillo. La respuesta debe disuadir a los perpetradores de que repitan sus acciones. La regla general es simple: si alguien viene a matarte, mátalo primero. En términos prácticos, nos dice que el ejército debe acabar con la fuente del láser.

Pero no debemos esperar que, al frenar una modalidad de terrorismo, se impida a los terroristas encontrar otras formas de aterrorizar y hacer daño a los israelíes. Mientras haya odio sin límites, los palestinos encontrarán innumerables formas de hacernos daño.

Aquí es donde podemos marcar la verdadera diferencia. El odio de los palestinos hacia nosotros no se debe a una lucha territorial ni a ninguna otra razón que proclamen, aunque crean lo que dicen. Los palestinos nos odian porque nosotros nos odiamos. Su aversión refleja nuestra aversión mutua.

Y es cierto, no sólo para los palestinos, sino para los no judíos que odian a los judíos. En la medida en que nos odiamos, las naciones del mundo nos odian. Mientras más alta es la montaña de odio entre nosotros, más fuerte es el odio que atraemos contra nosotros en las naciones. De hecho, el nombre Monte Sinaí viene de las palabras hebreas Monte Sinaa [odio]. Nuestros sabios explican que se llama así, por el odio que descendió de él a las naciones del mundo (Talmud de Babilonia, Masechet Shabbat, 89a).

En resumen, estamos generando odio hacia nosotros con nuestro odio mutuo. Debemos entender que si queremos «derrotar» el terrorismo y el odio hacia los judíos y hacia los israelíes, debemos derrotar el odio que hay dentro de nosotros hacia nosotros mismos.

Curiosamente, cuando lo digo a los no judíos, a menudo están de acuerdo. Pero cuando se lo digo a los judíos, a menudo se vuelven agresivos y venenosos. Argumentan que lo invento y las citas, de lo que escribieron nuestros sabios por siglos, no ayudan. Una vez, después de una conferencia en Nueva York, un judío que se negó a aceptar mis palabras intentó agredirme físicamente.

Puedo entender la resistencia. Si aceptamos esta afirmación, pone la responsabilidad del antisemitismo, del terrorismo y de los milenios de abusos que ha sufrido nuestra nación, en nuestros hombros, en los hombros del pueblo judío, en lugar de cargarla a los agresores. Decir que el odio interno de los judíos incita el odio a los judíos entre las naciones, jala la alfombra bajo los argumentos que atribuyen el antisemitismo a causas religiosas, raciales, económicas y sociales. Crean una causa común para los cataclismos que han golpeado al pueblo judío y esa causa es nuestra responsabilidad. Entiendo que sea imposible de aceptar.

Aunque no es mi idea, sino la de nuestros sabios a lo largo de los tiempos. La gente que engendró la nación judía, que solidificó su condición de pueblo y que le dio sus valores y modales únicos, abogó por este mensaje exacto: Sinaat Hinam [odio infundado] ha sido nuestra maldición desde el inicio de nuestra nación y es lo único que necesitamos curar.

Como estamos llenos de odio, nos cuesta aceptar que el odio es la causa de nuestras desgracias. Tendemos a culpar al bando que odiamos, por nuestros problemas. Pero no es este o aquel bando el que causa nuestros problemas, sino el propio odio. Como muestran los dos libros que escribí al respecto (véanse los enlaces más abajo), nuestros líderes espirituales de todas las épocas trataron de enseñárnoslo, pero lo rechazamos. Acuñamos el principio «Ama a tu prójimo como a ti mismo»; ya es hora de que lo pongamos en práctica.

En estos libros obtendrás más información sobre la responsabilidad del pueblo judío por el odio hacia ellos: Como un Manojo de Cañas: Por qué la unidad y la responsabilidad mutua están hoy en la agenda del día y La elección judía: Unidad o antisemitismo, Hechos históricos sobre el antisemitismo como reflexión sobre la desunión social entre judíos.

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Publicado en: Judíos, News
Un comentario sobre “Cegados por el odio
  1. Rosa María Lomeli Delgado dice:

    Es hora de que lo pongamos en práctica. Amar al prójimo como a mí mismo. Me entristece 😪 y me pregunto cuando lo voy a logra??? Muchasgracias. DIOSlosbendigagrandemente. !

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