Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Volver a nuestras raíces

raíz espiritual raicesVolver a nuestras raíces invoca un sentimiento profundo, que resuena en nuestro interior y despierta un anhelo inexplicable.

La sabiduría de la Cabalá tiene un principio conocido como “ley de la raíz y la rama”. Afirma que cada raíz espiritual tiene una contraparte física en nuestro mundo. Por ejemplo, Jerusalén (“𝑌𝑒𝑟𝑢𝑠ℎ𝑎𝑙𝑎𝑦𝑖𝑚”) surge de una fuerza espiritual arraigada en total asombro y miedo (“𝐼𝑟𝑎’𝑎 𝑆ℎ𝑙𝑒𝑚𝑎”), es temor a no satisfacer el deseo Divina. Es un llamado para que abracemos el amor fraternal, la plenitud, la paz y la perfección de nuestra nación e irradiemos unidad a todos los pueblos.

La conexión oculta de esta raíz y sus ramas atrae a quien está en sintonía con el ideal superior de Jerusalén, hacia la ciudad montañosa misma. Al llegar a sus antiguos muros, el fervor le envuelve e influye, no sólo la idea sino también el terreno sobre el que pisa.

Esta unión entre raíz y rama fue palpable alguna vez durante los días del Templo, cuando Israel, diligentemente buscaba unidad y atrajo al mundo a aprender de la sabiduría de la conexión que el pueblo de Israel defendía. Pero, la unidad fracasó cuando los conflictos internos lo consumieron y rompieron la armonía entre la esencia de Jerusalén y sus habitantes, que terminó en su expulsión de esta tierra sagrada.

Incluso ahora, aunque regresamos a Israel, el vínculo entre la raíz de Israel, Jerusalén su capital y su manifestación física, es frágil y se está desvaneciendo. Nuestro fracaso al no dar prioridad a la unidad cuando regresamos del exilio, nos llevó a una escalada de división y animosidad y pone en peligro nuestra existencia en esta tierra.

De hecho, debemos reverenciar la Tierra de Israel como extensión de una raíz santa, debemos tratarla con el mayor respeto y sólo lo podemos hacer, cultivando amor y conexión entre nosotros.

El apego a la raíz de Israel y al corazón de Jerusalén, determina nuestra pertenencia a esta tierra. Si no nos alineamos, probablemente tendremos otro exilio, como lo escribió el cabalista Baruj Shalom HaLevi Ashlag (Rabash):

«El exilio viene cuando no se cuida el valor de la tierra ni se aprecia como debería ser. Como resultado, la tierra nos expulsa, como está escrito, ‘Y la tierra nos vomitará’ […] Que el Creador nos conceda comprender el gran mérito de la tierra de Israel y saber apreciarla para que no nos vomite”. – Rabash, Carta 57.

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