El Overview Effect (efecto al ver la Tierra desde el espacio) es un cambio cognitivo del que informan algunos astronautas al ver la Tierra desde el espacio. Los investigadores han descrito el efecto como «un estado de asombro con cualidades de autotrascendencia, precipitado por un estímulo visual, especialmente impresionante». Los aspectos comunes más destacados de la experiencia personal de la Tierra desde el espacio son, apreciar y percibir la belleza, la emoción inesperada e incluso abrumadora y mayor sentido de conexión con los demás y con la Tierra en su conjunto.
Michael Collins, miembro de la tripulación de la nave espacial Apolo 11 (1969), dijo: «lo que realmente me sorprendió fue que la Tierra proyecta un aire de fragilidad. Y no supe por qué. Aún no lo sé. Tuve la sensación de que es diminuto, brillante, hermoso, que es nuestro hogar y que es muy frágil». Edgar Mitchell, que iba a bordo del Apolo 14 (1971), recordó: «Surge una conciencia global instantánea, te orientas hacia la gente, una intensa insatisfacción con el estado del mundo y compulsión por hacer algo al respecto. Desde la Luna, la política internacional parece muy insignificante. Dan ganas de agarrar a los políticos por el cuello y arrastrarlos un cuarto de millón de millas y decirle: ‘Ve eso, hijo de…'».
Un estudiante mío me preguntó sobre el Overview Effect y sugirió que el turismo espacial podría hacer que la gente se sintiera más conectada con la Tierra y con los demás.
Puedo ver por qué un viaje al espacio exterior y ver el mundo desde allá, haría que fuéramos conscientes de la fragilidad de nuestro (pequeño) punto azul y de que todos dependemos de los demás. Desde lejos, es fácil ver que todos respiramos el mismo aire, nos alimentamos del mismo suelo y bebemos la misma agua.
Sin embargo, no creo que los viajes espaciales cambien mucho la forma en que tratamos a nuestro planeta, porque a los que llevan el timón, a los que mandan, no les importa. En abril, António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, expresó su opinión sobre estos líderes, en los términos menos diplomáticos: «Algunos gobiernos y líderes empresariales dicen una cosa pero hacen otra. Sencillamente, mienten».
Cuando lo lees, te dan ganas de llevar a los políticos al espacio, hacerlos que vean la Tierra, como sugirió Edgar Mitchell y dejarlos allí flotando hasta que cambien. Pero, en serio, no creo que vayan a cambiar ni siquiera creo que puedan hacerlo.
A los políticos sólo les importa el control. No pueden ver ni sentir nada más. Mientras estén vivos, quieren estar en la cima, es lo único que les importa.
¿Qué podemos hacer al respecto? No estoy seguro. Pero, si un número suficiente de gente cambia su percepción de la vida y entiende que la solidaridad y el interés mutuo son más importantes que el orgullo y el poder, tal vez los políticos también cambien de opinión. No creo que cambien desde dentro, pero puede que se den cuenta de que, para mantenerse en el cargo, deben respaldar valores como preocuparse por los demás y ser compasivo en lugar de vanidosos y ensimismados. En conclusión, necesitamos un proceso educativo profundo para que nos convirtamos, no sólo en seres humanos, sino en Seres Humanos.
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