
El Primer y el Segundo Templos fueron construídos desde arriba. La fuerza espiritual descendió y nos unió. No fueron obra de personas; en otras palabras, fueron estados de unidad que no logramos por nosotros mismos. La fuerza superior, la fuerza de amor, otorgamiento y conexión, nos los dio como regalo, como un despertar temporal desde arriba, para mostrarnos cómo podría ser la verdadera conexión.
Pero ¿por qué se destruyeron esos Templos? ¿por qué Tishá Be Av (9 de Av) se convirtió en día de luto? Para que comenzáramos el trabajo de corrección, es decir, el trabajo de transformar nuestra naturaleza egoísta innata en la forma altruista de la fuerza superior. Los Templos fueron destruidos, para despertar en nosotros la necesidad de reconstruir, no con piedras, sino con esfuerzo interior. Ahora, ya no vamos a recibir una conexión ya hecha. Debemos construirla nosotros mismos. Por supuesto, no hablamos de un Templo físico, en una ubicación geográfica, sino de lo que realmente es el Templo, conexión basada en amor puro y entrega, similar en forma a la cualidad de la fuerza superior que nos creó y nos sostiene.
El Tercer Templo no vendrá de arriba. Debemos anhelarlo. Debemos sentir profundamente que lo necesitamos y exigirlo. Pero esta vez, debemos hacerlo desde abajo. Será resultado de nuestro esfuerzo consciente y del deseo colectivo de lograr amor mutuo.
Además, el Tercer Templo será construido por todo el mundo, no de la forma en la que la gente suele imaginar, sino en los corazones de quienes anhelan que la fuerza superior de amor, generosidad y conexión entre en su vida. Ahí se alzará el nuevo santuario, en el deseo unificado de quienes buscan conexión espiritual.
¿Quiénes son estas personas? Se les llama «Israel». No es una definición biológica ni nacional. No define a personas nacidas de padres judíos ni a quienes poseen un pasaporte israelí. «Israel» se refiere a quienes, genuinamente, anhelan la fuerza superior, viene de las palabras “Yashar El” (directo a la fuerza superior).
Quienes albergan este anhelo son responsables de alcanzar unidad genuina. Los lazos de amor y otorgamiento que establezcan, se extenderán al resto de la humanidad. Cuando suceda, cuando el mundo comience a despertar a esta estructura espiritual, presenciaremos la construcción del Tercer Templo y será eterno y perfecto. Será un vínculo vivo entre los corazones humanos, que se alinean con la fuerza superior en su cualidad de amor, otorgamiento y conexión positiva.


