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¿Podría Hamas no odiar a Israel?

Hamas Israel

Partidarios palestinos de Hamas asisten a una manifestación contra Israel mientras militantes de Hamas exhiben cohetes en un camión, en Rafah, sur de la Franja de Gaza, 28/may/21. REUTERS / Ibraheem Abu Mustafa S

En un video reciente que se publicó en mi página de Facebook en hebreo, dije que si nos conectamos entre nosotros en Israel, Hamas no sólo hará las paces con nosotros, sino que también vendrá y nos ayudará. El video, como era de esperar, recibió muchos comentarios. Lo interesante fue que recibió comentarios tanto de judíos como de árabes. Los comentarios de los judíos fueron principalmente que no era realista, que siempre nos han odiado y siempre seremos odiados. Los comentarios de los árabes, sin embargo, fueron principalmente elogios por las palabras veraces que dije y un estímulo para seguir hablando al respecto.

Si bien no siempre fuimos odiados, como afirman algunos de los comentarios, de hecho hemos sido odiados durante los últimos dos milenios, desde la ruina del Segundo Templo. Durante el reinado de Adriano, el Segundo Templo se arruinó y los romanos nos exiliaron, precisamente por nuestro odio mutuo. Lee cada texto judío sobre el tema y verás que la única razón por la que esta catástrofe vino a nosotros fue por a nuestro odio mutuo.

Desde la ruina del Templo, no hemos sanado el odio que nos dividió y la historia muestra que cada vez que los judíos eran más beligerantes entre sí, el antisemitismo se intensificaba. Si bien es cierto que desde la ruina del Segundo Templo, no ha dejado de haber antisemitismo, es igualmente cierto que desde ese tiempo, no ha habido un día en el que no nos odiemos.

Antes de la ruina del Templo, tuvimos breves períodos de unidad, esos fueron nuestros días más gloriosos. Cuando nos unimos bajo José en Egipto, nos dieron la tierra de Gosén, la extensión de tierra más fértil de Egipto. Cuando José murió, nos separamos y los egipcios comenzaron a odiarnos. Cuando nos reunimos bajo Moisés, fuimos liberados de Egipto y recibimos nuestro código de ley, la Torá, cuyo principio fundamental es “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18).

En Israel, nos separamos otra vez y perdimos la tierra con los babilonios. En el exilio en Babilonia, nos unimos una vez más gracias a la intención de Amán de aniquilar a los judíos. Poco después, recibimos la declaración de Ciro, que nos envió de nuevo a la tierra de Israel con la bendición del rey, los tesoros del Primer Templo, provisiones para el viaje y el apoyo del rey para la construcción del Segundo Templo. Mientras estuvimos unidos en Judea, las naciones vinieron a aprender de nosotros la sabiduría de la unidad: La Torá fue traducida al griego y todas las naciones vinieron en peregrinaje a Jerusalén para ver el milagro de la unidad judía.

Luego, una vez más, perdimos nuestra unidad, cuando muchos adoptaron el helenismo. Estalló una guerra civil. Cuando los hasmoneos unidos ganaron la guerra, el poderoso Imperio seléucida restableció nuestra libertad. Pero esa unidad fue muy frágil y de corta duración. La siguiente vez que caímos en odio interno, ya no nos recuperamos. Como resultado, los romanos conquistaron la tierra y finalmente nos expulsaron. Desde entonces, no nos hemos recuperado del odio interno y desde entonces, siempre ha habido antisemitismo.

Para entender por qué nuestro odio mutuo hace que el mundo nos odie, debemos recordar que nuestros antepasados vinieron precisamente de esas naciones que nos odian, es decir, del resto del mundo. Nuestros antepasados venían de todas las naciones y se unieron en una nación, cuando esos extraños escucharon el mensaje de unidad de Abraham y lo practicaron entre ellos y con todos los que creían en la nueva idea de unidad de todas las naciones.

Abraham, con sus ideas, instruyó a sus sucesores, quienes continuaron desarrollándolas hasta que, bajo nuestro mayor maestro, Moisés, prometimos alcanzar el máximo nivel de unidad y ser «como un hombre con un corazón». El código de la ley que recibimos en ese momento, la Torá, fue para ayudarnos a poner en práctica nuestro voto de convertirnos en un pueblo virtuoso, ser luz para las naciones. Así, gente que originalmente se odiaba, se unió en su corazón. En nuestra propia sociedad, demostramos que se puede lograr paz entre las naciones; revelamos una alternativa a la enemistad que reinaba en el mundo hasta entonces. Por eso, las naciones nos aman, cuando nosotros nos amamos.

En estos días, cuando el mundo se hunde rápidamente en un odio cada vez más intenso, la humanidad necesita desesperadamente una solución que la salve de una tercera guerra mundial. Instintivamente, las naciones se vuelven a los que una vez dieron la alternativa, para que lo hagan una vez más. Pero, ¿Qué ven? Ven el mismo odio que ha asolado a nuestro pueblo durante los últimos dos milenios. Esto deja al mundo sin esperanzas de una solución pacífica a sus problemas, pues los agentes de la solución no están cumpliendo con su deber. El mundo desea que lo hagamos, pero no lo hacemos, entonces, ¿Cómo pueden no odiarnos?

El Estado de Israel es una oportunidad para que el pueblo judío haga su tarea: unirse y ser luz para las naciones. Por eso, si nos unimos, todos nos amarán, como antes. Si nos odiamos, como lo hacemos ahora, seguirán odiándonos y tratarán de deshacerse de nosotros.

Para obtener una explicación más detallada, consulta mis libros: Como un Manojo de Cañas: Por qué la unidad y la responsabilidad mutua están hoy en la agenda del día y “La elección judía: Unidad o antisemitismo, Hechos históricos sobre el antisemitismo como reflexión sobre la desunión social entre judíos”.

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Publicado en: Judíos, News
2 comentarios sobre “¿Podría Hamas no odiar a Israel?
  1. Mariana Vega dice:

    Estoy segura de que si actuamos como el Rav explica aqui y en sus libros, realmente se puede lograr la unidad y amor entre pueblos y personas con los que hoy nos odiamos. La Cabalá explica muy bien por qué. Y no toma tanto tiempo, solo una fuerte inversión de deseo por amar al prójimo.

  2. Geovanni Delgadillo castillo dice:

    La llegada de el mesías esta serca, perdonemos y olbidemo el rencor todos somos hijos del mismo padre, ya estamos cansados de tanta muerte de nuestros seres queridos de familias enteras y que por el poder de pocos quieran llevarse entre los pies a tantas familias que lo único qu3 quieren es paz, todo esto va a terminar practiquemos el amor y el perdón en nuestro corazón y amen s al prójimo como a nosotros mismos, todo esto terminara tengan fe

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