Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

La UE está muriendo y así debe ser

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Imagen: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en una conferencia de prensa que detalla los esfuerzos de la UE para limitar el impacto económico del brote de coronavirus (COVID-19), en Bruselas, Bélgica, 2/abr/20. REUTERS/Francois Lenoir / Pool

La Unión Europea nació en pecado y morirá en agonía. Fue diseñada para dar a Europa ventaja competitiva sobre EUA y las fortalecidas China y Rusia. Se centró casi exclusivamente en crear un mercado y una moneda común, pero no pensó en las implicaciones sociales de una unión de pueblos que han estado en guerra por siglos.

La unión monetaria creó una moneda poderosa, pero empobreció a muchos de sus estados miembros y los dejó dependientes, abatidos y denigrados. No creó unión; creó más odio. La unión monetaria sin solidaridad, la sensación de patriotismo paneuropeo, fue insostenible. La crisis de los migrantes casi la destruyó y expulsó al Reino Unido, pero logró subsistir. Sin embargo, la crisis del coronavirus parece ser un golpe que no superará. En mi opinión, es lo mejor.

Globalización, una gran idea, pero mal concebida

En principio, la unión es una gran idea. Es el camino correcto, porque la realidad evoluciona hacia una mayor unidad y colaboración. La evolución pasó de las partículas más simples, a la conexión de partículas que crearon átomos, que crearon moléculas, que crearon organismos, etc. De igual modo, la sociedad humana evolucionó de clanes a asentamientos que se convirtieron en ciudades, condados, países e imperios.

Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre la forma en que evoluciona la naturaleza y la forma en que evoluciona la sociedad humana. A medida que la naturaleza evoluciona, conserva su equilibrio y armonía. El concepto de consumo excesivo, no existe en la naturaleza porque cada parte toma sólo lo que necesita para sobrevivir. Con los humanos, donde gobierna el ego, el consumo excesivo es el núcleo de nuestra existencia. Mientras más nos comparamos con los demás, más valía nos conferimos. Por lo tanto, toda alianza tiene, por defecto, el motivo oculto de lastimar a alguien más: a un enemigo de la alianza, a uno de los miembros de la alianza o ambos. Esta es la naturaleza humana, pero contradice el principio fundamental de la evolución de la naturaleza, cuya base es equilibrio y armonía.

Para crear una globalización monetaria duradera, primero, la población de los estados miembros participantes, deben elegir hacerlo. Este es un proceso profundo y extendido que requiere adoptar una identidad multinacional, más fuerte que la identidad nacional. Sólo cuando el pueblo simpatice con la entidad multinacional más que con su propio estado nación, estará de acuerdo con esa transformación.

Esa preparación no se hizo en Europa. Como resultado, los países más fuertes, por su naturaleza inherente de explotar, saquearon las economías más pequeñas y débiles y las dejaron en la miseria y la deshonra. Ahora que el coronavirus golpeó, la enemistad y el recelo están surgiendo y demuestran que no hay confianza mutua. Necesitan dejar que la UE descanse, para que empiece de nuevo. Y el primer paso para hacerlo es volver a alimentar las economías locales.

No es que los países no deban unirse. Por el contrario, creo que al final, cuando superemos nuestro ego, no necesitaremos fronteras y la idea de Estado nación se evaporará. Pero aún no estamos cerca de hacerlo. Ahora, debemos ser sensatos, reconocer nuestro egoísmo y tratar de acordar reglas y límites que mantengan nuestro salvajismo bajo control y nos permitan a vivir en relativa paz y estabilidad.

Posteriormente, debemos aprender de la unidad que existe en la naturaleza, donde cada parte aporta su habilidad y recibe del colectivo todo lo que necesita para prosperar. Si, poco a poco, logramos ver que una existencia colectiva, no sólo es más segura que la competencia individual, sino que también es mucho más gratificante, podremos, con cautela, lenta y sabiamente, construir una entidad común. Pero no será una entidad europea, estadounidense, rusa o china, sino una raza humana global.

Hasta entonces, debemos aceptar y respetar nuestras diferencias.

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Un comentario sobre “La UE está muriendo y así debe ser
  1. rodolfopadillasuarez@gmail.com dice:

    Muy interesante, se habla del egoismo, de la explotacion de unos sobre otros. Cambiar al hombre para cambiar al mundo, no es imposible, por medio de la educacion es posible. Aca en Mexico la gente tira basura en las calles, se pasa la luz roja, enseniar a nuestros hijos buena conducta. Hay malos habitos de salud, millones de diabeticos.

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