Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

¿Hay algo malo en vivir para tu placer propio?

placerVivimos dentro de las leyes de la naturaleza, que nos desarrollan de acuerdo con cierto plan, para llegar a un destino donde nos conectaremos en armonía y descubriremos la fuerza positiva de amor, generosidad y conexión que habita en la naturaleza.

Para ese final feliz, la naturaleza nos creó con una cualidad opuesta a la suya, somos egoístas, mientras que la naturaleza y sus leyes operan de forma altruista, para que comprendamos que nuestra naturaleza egoísta es defectuosa y lleguemos a desear cambiarla por una nueva naturaleza altruista, que concuerde con las leyes de la naturaleza.

Por eso, tenemos un período en nuestro desarrollo en el que vivimos con deseos egoístas, disfrutamos lo material para nuestro placer personal y otro período en el que sentimos un vacío creciente en la búsqueda constante del beneficio propio. Este último sentimiento caracteriza la era actual.

Hoy sentimos que los deseos egoístas llegan a un umbral en el que ya no pueden ser satisfechos como antes. Nos desarrollamos con deseos de comida, sexo, familia, dinero, honor, control y conocimiento, hoy nuestra satisfacción en esos niveles es cada vez más efímera. Como resultado, vemos un aumento de depresión, soledad, estrés, ansiedad, abuso de drogas y suicidio, es decir, fenómenos que se derivan de que nuestros deseos quedan vacíos, no logramos una satisfacción significativa con la mezcla heterogénea de placeres disponibles.

Estamos en una encrucijada entre nuestro modo egoísta obsoleto de disfrutar de nosotros mismos y la necesidad de salir de la actitud egoísta ante la vida y lograr un nuevo modo altruista de relacionarnos, congruente con las leyes de la naturaleza.

Aún hay mucha gente que, en esta encrucijada, se aferra a la idea de “Tengo mi trabajo, no robo, pago impuestos, soy buen ciudadano. Y disfruto de la vida, viajo al extranjero con mi familia, visito Disneylandia, voy a restaurantes, etc. ¿Qué hay de malo en eso?

Pero, vemos que es insuficiente. Además, hay una mente, un plan y leyes de la naturaleza que operan más allá del alcance de nuestra mente egoísta y de acuerdo con ese plan superior, necesitamos madurar, aprender cómo funciona y cómo podemos aplicar sus leyes en nosotros y en nuestras actitudes y conexiones.

Pero el ego rechaza el plan y las leyes superiores. En este sentido, somos como niños pequeños, que llegan a cierta edad en la que tienen que dejar su chupón y sus juguetes, pero se aferran a ellos a toda costa, lloran y gritan si se los quitan.

No queremos reconocer ni comprender estas leyes. ¿Por qué? Porque en nuestro modus operandi egoísta, no podemos ver que se puede disfrutar de acuerdo con un paradigma altruista, es decir, cambiar la actitud principal de beneficio propio a beneficiar a los demás.

No hay problema en disfrutar de los muchos placeres de la vida, como comer bien, ganar dinero, viajar e ir a buenos restaurantes, etc. Aunque, cuando nos sumergimos en placeres corporales, no avanzamos de acuerdo con el plan superior que nos fue preparado, es decir, al verdadero sentido y propósito de la vida. No logramos llevar nuestra emoción e intelecto a un nivel totalmente diferente, al nivel que establecen las leyes de la naturaleza, a la sensación de una realidad eterna y perfecta, donde el placer fluye sin las limitaciones de nuestras estrechas percepciones egoístas y donde todos viviremos en armonía y júbilo.

Por eso, no hay nada de malo en disfrutar de los placeres de la vida. Pero debemos reconocer que hay un plan, que es más alto que nosotros y que estamos en una etapa de desarrollo en la que tendremos que salir de nuestra actual visión estrecha y egoísta y comenzar a sentir una nueva realidad eterna y perfecta, donde la fuerza altruista y positiva de la naturaleza anime nuestras conexiones.

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Publicado en: News
Un comentario sobre “¿Hay algo malo en vivir para tu placer propio?
  1. Tenemos que aprender a manejar esta vida paralelamente, primero no olvidar de la tarea espiritual que venimos a realizar en esté mundo ,y segundo sin dejar atrás lo que tenemos que desempeñar para vivir aquí

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