
Muchos no son conscientes de que Yom Kipur, al que se le asocia una imagen sombría y algo intimidante, en esencia está definido como una de las festividades de Israel. Esto no significa que debamos salir a bailar, cantar y celebrar en las calles, sino que podemos desarrollar hacia él una actitud más correcta y positiva. Es un día especial de introspección y de un profundo examen del alma. Un día en el que se nos brinda la posibilidad de acercarnos al verdadero propósito de nuestra vida. Por eso se lo considera una festividad bendita y de una importancia incomparable. Yom Kipur es una fiesta que nos abre un mundo entero de discernimientos espirituales, sutiles y maravillosos.
Pedir perdón es quizá la costumbre más conocida y aceptada de Yom Kipur. Perdón por haber dañado, perdón por haber olvidado, perdón por haber molestado, perdón por haber ofendido. El perdón se ha convertido en una especie de escoba mágica que barre todas nuestras malas acciones y sentimientos de culpa debajo de la alfombra. Pero seamos sinceros: un instante después de habernos purificado, el “polvo de los pecados” vuelve a flotar libremente en el aire. Entonces, ¿cuál es realmente el sentido de pedir perdón?
La sabiduría de la Cabalá explica que el “perdón” no es solo una petición que se dice con la boca hacia afuera, sino una etapa especial en la que la persona comienza a comprender que en el mundo espiritual existe una fuerza que conecta a todas las almas en una maravillosa unidad. La enorme distancia que la persona descubre entre sí misma y la fuerza del amor y la conexión, que habita entre las almas, la lleva a un examen interno profundo. Ve que actúa únicamente a partir de motivos egoístas, para explotar y someter a los demás en su propio beneficio, y que no tiene la capacidad de hacer nada para cambiar eso. En ese momento, surge desde lo más profundo el verdadero perdón: como un grito desde las entrañas, una súplica de transformación interna, una oración dirigida a la fuerza del amor y de la conexión, la fuerza superior.
La fuerza superior es la fuerza general de la naturaleza que activa todo lo que ocurre en la realidad. Su propósito es llevarnos a un nivel de existencia elevado, de recibir placer y abundancia infinita. En la sabiduría de la Cabalá, la fuerza superior se denomina “Creador”, de la expresión “ven y ve”, es decir: ven, adquiere la cualidad del amor y la entrega, y ve cuán bueno es vivir de esa manera.
El ayuno, según la sabiduría de la Cabalá, es una acción mediante la cual la persona realiza en sí misma una “restricción” (tzimtzum), es decir, se abstiene de recibir placer de forma egoísta, con el deseo de acercarse a la cualidad de amor del Creador.
¿Y qué hay de las vestiduras blancas que solemos usar en Yom Kipur? En la Introducción al Libro del Zóhar, Baal HaSulam, Rav Yehuda Ashlag, explica que el color blanco representa la “Luz de Jojmá” —la luz de la plenitud que ilumina al ser humano en el mundo de Atzilut. Ese mundo maravilloso expresa el grado espiritual más elevado que el ser humano puede alcanzar. Por supuesto, se trata solo de símbolos externos que apuntan a la cualidad interna de la luz. El color blanco incluye en sí mismo a todos los demás colores, por lo cual representa la cima de la existencia espiritual, que contiene dentro de sí todas las etapas y estados previos que la persona atraviesa en su camino.



Bendiciones para Israel y todo su pueblo!