Somos controlados por las leyes de la naturaleza.
Hay una fuerza general de la naturaleza y desde ella, se extienden dos fuerzas opuestas -otorgar y recibir.
Existimos entre estas fuerzas y ambas cualidades tienen efecto en nosotros.
Y surge la pregunta: ¿Cómo nos desarrollamos bajo la influencia de estas fuerzas? ¿dónde actuamos? ¿dónde somos libres? ¿cómo acumulamos y relacionamos estas dos fuerzas dentro de nosotros? ¿cómo podemos construirnos a partir de ellas?
Las preguntas que contesta la sabiduría de la Cabalá son: cómo recibir estas dos fuerzas en equilibrio óptimo y cómo moldearnos para asemejarnos a las leyes de la naturaleza y para alcanzar equivalencia de forma con la fuerza de otorgar en la naturaleza. Al aceptar estas leyes, tenemos oportunidad de controlar el ritmo de nuestro progreso.
Ese es el punto de nuestro libre albedrío.
¿Cómo podríamos actuar si no tenemos libre albedrío? ¿qué seríamos? ¿sólo robots, siempre bajo control?
Hasta ahora, siempre hemos estado bajo control. ¿Qué quiere decir?
Es como si la naturaleza nos inyectara gotas de ego -el deseo de disfrutar a expensas de los demás- y lo hace cada vez un poco más y así tenemos ímpetu para avanzar hacia objetivos egoístas. Mientras más se infla el ego, más dispuestos estamos a tratar de ganar a expensas de los demás. La naturaleza constantemente aprieta la jeringa, hasta que, finalmente nos da la cantidad total de ego.
Esta era se caracteriza porque la jeringa del ego ya se inyectó por completo en nosotros, ya no queda más egoísmo para inyectar. Por eso no tenemos adónde huir.
¿Hacia dónde vamos? ¿qué hacemos?
Además, el ego se volvió global e integral. Al principio, nos sentimos bien porque llegamos a conexiones globales egoístas en el mundo y pensamos que todo estaría bien. Pero cuando las conexiones comenzaron a depender de todos, resultamos ser contrarios a la naturaleza.
En esta coyuntura, tenemos un gran dilema y debemos averiguar qué hacer al respecto. El ego totalmente inflado y al mismo tiempo, nuestras conexiones globales cada vez más estrechas, nos lleva a problemas más grandes en todo el mundo, hoy necesitamos una nueva forma de educación que enriquezca las conexiones y que pueda guiarnos para cambiar las relaciones egoístas en relaciones altruistas. Esa es la clave para ir hacia un mundo armónico y pacífico.
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