Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

¿Cuáles son tus pensamientos y necesidades para ser feliz?

felicidad cambio destinoHay una parábola sobre tres hermanos que vieron a la felicidad sentada en un pozo. Uno le pidió dinero y lo recibió. Otro pidió una esposa hermosa y también la recibió. El tercero se inclinó sobre el pozo. “¿Qué necesitas?”, preguntó a la felicidad. “Hermano, sácame de aquí”, pidió la felicidad. El hermano extendió la mano, la sacó del pozo, se dio la vuelta, se alejó y la felicidad lo siguió.

La parábola nos muestra que la felicidad siguió al hermano que no pidió nada y que hizo una buena acción, le hizo un servicio a la felicidad. Pero no creo que deba interpretarse como una condición para que la felicidad nos siga ni que no debamos tener exigencias.

La felicidad depende del destino de cada uno. Todos nos comportamos de acuerdo con lo que nos sirve y damos felicidad o la exigimos. Lo más importante es que deberíamos aceptarla.

En la práctica, no podemos cambiar nada. Tal vez, en ocasiones, la fuerza superior pueda hacer cambios de acuerdo con nuestro pedido sincero, pero nosotros mismos, personalmente, no podemos cambiar nada.

No es fácil, pero podemos llegar a un estado en el que desearemos exigir felicidad sólo para  los demás, nada para nosotros. Aunque, cuando deseamos felicidad para los demás, ¿por qué lo hacemos? Generalmente porque calculamos que, como resultado, también la obtendremos. Si no beneficia nuestro deseo, aparentemente, positivo para los demás, no lo desearíamos. No hay modo de salir de ese círculo, pues el deseo egoísta de beneficio propio es la naturaleza humana.

No creo que podamos encontrar felicidad. Más bien, necesitamos crearla. Es decir, debemos situarnos en un estado en el que sepamos exactamente cómo hacer que la felicidad se revele y así, la sentiremos.

¿Qué es felicidad? Felicidad es sentir que la vida es un éxito y creo que este sentimiento nos llega más cerca del final.

La vida misma es un trabajo continuo, es decir, cuando buscamos formas de reconstruirla una y otra vez, para lograr la felicidad que imaginamos. Gradualmente, dejamos de imaginar la felicidad para nosotros, en cambio, la deseamos para los demás. Además, encontramos el sentido de la vida en ese vector: “de mí a los demás”. En este vector podemos llegar a sentir felicidad. Es un trabajo constante e incesante y sería prudente comprender cómo hacerlo.

Es probable que encontremos innumerables disturbios en el camino, pero la clave para lograrlo es imaginar el camino y luego, como se dice, “el camino se rinde ante quien lo recorre”. Así, si la felicidad nos persigue, no indica que seamos felices. Más bien necesitamos un trabajo persistente para hacer felices a los demás y no es tarea fácil. Pero no importa si es fácil o no. Nada es fácil en la vida, pero ese es el camino hacia una vida feliz y con significado.

En la sabiduría de la Cabalá, analizamos dos caminos de desarrollo: el camino de la luz y el camino de la oscuridad. El camino de la luz es cuando llevamos luz a los demás y el camino de la oscuridad es cuando no podemos o no queremos hacerlo. «No puedo» y «no quiero» es lo mismo en este caso.

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