Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Corona: un virus que también es vacuna

coronavirus
Reuters

La naturaleza está interconectada y podemos llegar a ser como ella, si ponemos nuestra mente y corazón. En ese sentido, el coronavirus es una oportunidad de crecimiento sin precedente

Aún no entendemos lo que viene. El COVID-19 o coronavirus, está arruinando nuestra vida y todavía tenemos que comprender las consecuencias. Las máscaras, la cuarentena, pero sobre todo el miedo, nos dicen que está surgiendo una nueva fase en nuestra existencia. Por lo tanto, cuanto antes controlemos las cosas, mejor será para todos.

Imagina: estás sentado en tu casa, no puede ir a trabajar porque tu empleador cerró, no puede comprar alimentos porque todas las tiendas están vacías y no hay suministro para llenar los estantes, el envío de suministros prácticamente cesó. Pero tienes hijos que alimentar; ¿qué harás? ¡Ni siquiera puedes enviarlos a la escuela donde pueden comer, pues las escuelas fueron cerradas por el virus! ¿qué vas a hacer, cultivar verduras en la bañera?

Si suena loco, es porque lo es. Pero en cuestión de meses, este escenario podría ser la realidad para decenas de millones de estadounidenses, europeos y gente en todos los países del mundo. La simple realidad es que no podemos existir sin la provisión del exterior y el coronavirus está diezmando esa provisión. Si no encontramos la manera de reiniciar la cadena de suministros que está congelada por el miedo, podríamos enfrentar un hambre de una magnitud que destruirá nuestra sociedad y cobrará la vida de millones de personas que ni siquiera están enfermas del virus.

Clave para un reinicio exitoso

¿Por qué pasa todo esto? Porque ignoramos una ley simple y natural: la interconexión. Interconexión significa que todo en la naturaleza está conectado, por lo tanto, depende de todo lo demás. Nosotros, por otro lado, vivimos bajo el supuesto de que no necesitamos reconocer nada más que nuestras propias necesidades. Aquí radica el problema: si bien, los niveles inanimados, vegetal y animal de la naturaleza funcionan en armonía y equilibrio, el nivel humano sólo busca explotar: usamos a la naturaleza y abusamos unos de otros, simplemente porque podemos.

Ahora, en lo que parece ser la primera vez, pero ciertamente no la última, la naturaleza dice: «¡Suficiente!» La realidad exige que nos volvamos responsables, maduros, pero principalmente, considerados unos con otros y con el medio ambiente. Ahora nos llama para levantar la vista, reconocer el mundo que nos rodea y comenzar a pensar más en términos de «nosotros» y menos en términos de «yo». Así funciona la naturaleza y exige que nosotros también lo hagamos.

Volvernos más como la naturaleza y menos como la gente

Para comenzar a equilibrar nuestro enfoque de la realidad, debemos comenzar a trabajar más como la naturaleza y menos como la gente o al menos, no como solíamos ser hasta antes del inicio del COVID-19. Para hacerlo, debemos comenzar a incluir otros intereses en nuestros pensamientos. Lo que los animales y las plantas hacen instintivamente, debemos hacerlo conscientemente. Si bien es mucho más difícil para nosotros que para animales y plantas, tiene una recompensa única: percibir mejor la totalidad de la naturaleza. Mientras más partes de la realidad incluyamos en nuestra conciencia, más amplia será nuestra percepción de la realidad. Es un proceso de crecimiento interminable, con recompensas infinitas, limitado sólo por nuestro deseo de lograrlo.

La naturaleza está interconectada y podemos llegar a ser como ella, si ponemos nuestra mente y corazón. En ese sentido, el coronavirus es una oportunidad de crecimiento sin precedente y será un error terrible que no la aprovechemos. 

Al desconectar nuestras cadenas de suministro, el virus nos recuerda que estamos inseparablemente conectados. Al pensar en esta interconexión y en lo que requiere de nosotros, podremos vencer, no sólo el COVID-19, sino también a todos los «virus» que enferman a nuestra sociedad, contaminan nuestra mente y nos hacen destruirnos a nosotros y al mundo que nos rodea. En ese sentido, el coronavirus es una vacuna, no un patógeno y cuanto antes sepamos lo que enseña, más pronto sanaremos.

Etiquetado con: ,
Publicado en: News

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*