El dinero representa la capacidad de satisfacer nuestros deseos. A lo largo de la historia, para cumplir con este propósito, la humanidad ha utilizado diversas sustancias como moneda, entre ellas: arena dorada, monedas y otros materiales.
En los últimos tiempos, la humanidad está comenzando a examinar críticamente su capacidad para satisfacer sus deseos. Hemos llegado a la conclusión de que no podemos satisfacer nuestras necesidades indefinidamente, especialmente con respecto al medio ambiente. Simplemente, la Tierra no puede soportar nuestro consumo excesivo.
Hemos creado innumerables necesidades artificiales superfluas, hemos agotado los recursos del planeta hasta el punto de ruptura. La Tierra no puede soportar lujos infinitos ni la infraestructura necesaria para sostenerlos. Es como si un agricultor consumiera toda su cosecha sin dejar semillas para la siguiente cosecha, agotará sus recursos y en última instancia, morirá de hambre.
En la sociedad, enfrentamos un problema similar con el dinero. Los sistemas que hemos creado para satisfacer nuestros deseos, son insostenibles. Para entenderlo, debemos cambiar nuestro enfoque a uno que no sea destructivo.
Si bien, el desarrollo humano es esencial, está determinado por nuestras necesidades en el tiempo. Desde la infancia, nuestros deseos crecen al observar a quienes nos rodean. El deseo de emular a los demás crea nuevas necesidades, impulsa el progreso personal y social. Si establecemos un entorno que fomente el desarrollo de deseos no materiales, podremos seguir creciendo y satisfaciéndolos sin poner en peligro al planeta ni nuestra existencia física.
Si cambiamos nuestro enfoque y apreciamos lo que nos eleva por encima de la vida animal, podemos desarrollar aspiraciones que nos permitan elevarnos por encima del materialismo. Estos deseos, cuando se alimentan, conducen al crecimiento, satisfacción y progreso, sin amenazar nuestra supervivencia.
Está escrito: “Vayan y ganen dinero unos de otros”. Más allá de su interpretación material, su significado es cultivar entre todos, nuevas necesidades, con conexiones más profundas. Estas conexiones crean nuevos deseos, como si armáramos un mosaico, continuamente formamos y logramos combinaciones de estos deseos.
Estas necesidades surgen de la conexión y su satisfacción también requerirá acciones colectivas para conectarnos positivamente. La vida se convertirá en un juego de colaboración, creación y satisfacción de deseos, interminable. Entre los 8 mil millones de personas en la Tierra, este proceso nos dará oportunidades infinitas para volver a sentir hambre y satisfacción, evitando la insatisfacción.
Con estas conexiones, llegamos a las capas internas y ocultas de la naturaleza. Al unirnos, descubriremos y sentiremos realidades más profundas dentro de nosotros. Este logro sublime nos dará placer genuino, porque la humanidad fue diseñada para descubrir estas capas internas, donde reside el placer verdadero.
En última instancia, nuestras acciones colectivas para conectarnos positivamente y satisfacer las necesidades de los demás, redefinirán el concepto de dinero. Después de un largo viaje histórico, llegaremos a una nueva forma de moneda: una «pantalla» colectiva que nos permita satisfacer todas nuestras necesidades de forma armónica. Esta nueva cobertura genuina de nuestros deseos nos permitirá sostenernos, mientras logramos satisfacción duradera.
Llego el momento de pedir a las amados maestros cabalistas, Rabi Isaac Luria, Abraham Abulafia, Rabino Shimon bar Yojai, Rav Berg, Israel Abuhatzeira, Yaakov Abuhatzeira, Moshé Alshich, Baruj Ashlag, Yehuda Ashlag, Jaim Yosef David Azulai, benditos sean sus nombres, la inspiración para enfrentar la perversidad de las elites mundiales de todos los signos, cuya arrogancia desafía a nuestro amadísimo Creador, bendito sea eternamente.