Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Cómo convocamos a nuestros enemigos

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Foto: Ebrahim Raisi, presidente electo de Irán, habla durante una conferencia de prensa en Teherán, Irán, 21/jun/21. Majid Asgaripour / WANA (Agencia de Noticias de Asia Occidental) vía REUTERS

En su libro El judío en el mundo medieval, Jacob Rader Marcus, profesor de historia judía, presenta una descripción dramática de los eventos que llevaron al anuncio del Decreto de la Alhambra en 1492 y que condujo a la expulsión de los judíos de España. Marcus escribe que “El acuerdo que permitía a los judíos permanecer en España pagando una gran suma de dinero, estaba casi terminado, cuando fue frustrado por Tomás de Torquemada, prior de Santa Cruz”, quien, a pesar de sus raíces judías, encabezó la Inquisición en España. Según Marcus, «La leyenda cuenta que Torquemada … rugió con el crucifijo en alto ante el rey y la reina: «Judas Iscariote vendió a su amo por treinta piezas de plata, ¿su alteza lo vendería de nuevo por treinta mil? Aquí está [señalando la cruz], llévatelo y cámbialo’”. El rey Fernando, estupefacto por el discurso entusiasta, rápidamente descartó cualquier duda que pudiera haber tenido sobre la implementación del decreto.

Pero, lo que sucedió después, fue aún más asombroso. Marcus escribe que la reina Isabel, que estaba presente cuando Torquemada irrumpió, “respondió a los representantes de los judíos, similar al dicho del rey Salomón [Proverbios 21: 1]: ‘El corazón del rey está en las manos del Señor, como arroyo de agua: Él lo vuelve a donde Él quiere”. Además dijo: “¿Crees que esto te llega de nosotros? El Señor lo puso en el corazón del rey». Posteriormente, concluye Marco, los judíos «vieron que el rey había determinado el mal contra ellos y renunciaron a la esperanza de quedarse ahí».

En 1929, en Alemania, unos años antes de que Adolf Hitler llegara al poder, ya era claro que el antisemitismo estaba aumentando en el país derrotado, que no podía recuperarse de las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. Reflexionando sobre el creciente odio a los judíos en su país, El doctor Kurt Fleischer, líder de los liberales en la Asamblea de la Comunidad Judía de Berlín, declaró: «el antisemitismo es el flagelo que Dios nos envía para unirnos y conectarnos».

La declaración de Fleischer expresó lo que nuestros sabios han dicho a lo largo de las eras, que con nuestra división, atraemos a nuestros enemigos. La caída del Segundo Templo y el exilio de la tierra de Israel son los ejemplos más conocidos del odio mutuo judío, que nos trajo ese cataclismo, pero hay muchos otros. En España, por ejemplo, antes del inicio de la Inquisición, muchos judíos buscaron asimilarse y alejarse de sus comunidades. Comenzaron a pelear entre ellos. A los judíos que se convertían, se les conocía como conversos y a menudo se volvían feroces antisemitas. Norman Roth, profesor de historia judía en la universidad de Wisconsin,dice: “Como la mayoría de los conversos eran católicos fervientes y la mayoría eran vehementemente antijudíos (especialmente contra el clero converso, pero también con los funcionarios)».

Hace unos días, Ebrahim Raisi fue elegido para ser el siguiente presidente de Irán. Antes de su elección, Raisi era el máximo juez de Irán. Sus puntos de vista son ultraconservadores y el primer ministro de Israel advirtió: «es la última oportunidad para que las potencias mundiales despierten … y comprendan con quién están tratando».

Pero a la luz de nuestra historia y a la luz de las constantes advertencias de nuestros sabios, no debería sorprendernos que alguien como Raisi haya llegado al poder. Como ha sucedido a lo largo de la historia, la división entre los judíos trae malhechores que buscan destruirlos. Cuando los judíos se unen, el problema se resuelve.

Aquí en Israel, sabemos que en tiempo de guerra nos unimos para derrotar al enemigo. Todo israelí sabe que ésta ha sido nuestra «arma secreta» en todas nuestras guerras desde el establecimiento del Estado de Israel. Todo israelí también sabe que tan pronto como las armas dejan de rugir, la malicia se instala entre nosotros. Esta malicia muestra lo que aún no sabemos: si hubiéramos estado conectados ni siquiera hubiéramos ido a la guerra.

De hecho, todos los problemas del mundo se resuelven con la conexión humana. Nosotros, los judíos, la nación que se formó con base en la conexión más fuerte posible, la de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, deberíamos ser líderes mundiales en conexión. Pero, estamos divididos y desgarrados y nuestra gente está llena de odio hacia los demás. Como resultado, los antisemitas malvados surgen «para unirnos y conectarnos», como dijo Fleischer. Los antisemitas se levantan para dominar el mundo; si no despertamos ahora ni vemos lo que se acerca, una vez más, podríamos despertar cuando sea demasiado tarde.

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Publicado en: Judíos, News
Un comentario sobre “Cómo convocamos a nuestros enemigos
  1. Rosa María Lomeli Delgadorelac dice:

    Muchas gracias 🌹 Dios los bendiga grandemente por compartir gran sabiduría. 🙏🙏🙏🌹

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