El significado de Lag B’Omer generalmente no se comprende bien. Su trasfondo histórico y la secuencia de eventos que llevaron a esta festividad son poco conocidos, y ni hablar de su significado espiritual, que prácticamente ha desaparecido de la vista del público.
Las hogueras encendidas en Lag B’Omer simbolizan la gran luz que se revela cuando nos unimos en amor unos con otros. Dentro de cada uno de nosotros yace una chispa, un pequeño deseo que nos impulsa hacia una sensación de plenitud y eternidad.
Cuando estamos divididos, esa chispa se apaga. Sin embargo, si aplicamos el método de la Cabalá y nos conectamos unos con otros —precisamente en contra de la resistencia interna que sentimos al hacerlo—, surge entre nosotros un tipo especial de combustión. Cuando nos unimos, las chispas ocultas dentro de cada uno se combinan y arden en una sola gran llama, en la que descubrimos la luz superior, es decir, la fuerza espiritual del amor, el otorgamiento y la conexión.
Rabí Akiva fue el gran maestro de su generación, quien enseñó el principio fundamental de la Torá: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” Cuando estalló un odio infundado entre sus 24,000 estudiantes, esto finalmente condujo a sus muertes.
Puede parecer historia antigua, pero ¿en qué somos diferentes de los estudiantes de Rabí Akiva? El principio está grabado en la pared, y sin embargo vivimos a nuestra manera, menospreciando el poder de la unidad que yace entre nosotros.
De ese mismo período surgió un cabalista colosal, el más grande de su generación, el alumno de Rabí Akiva: Rabí Shimon bar Yojai (Rashbi), y conmemoramos su fallecimiento en Lag B’Omer.
¿Por qué el día del fallecimiento de Rashbi se considera una celebración y una festividad? Porque marca el día en que se completó en potencial la diseminación de la sabiduría de la Cabalá al mundo, el método que enseña cómo elevarse por encima del odio infundado y alcanzar el amor fraternal.
Por lo tanto, en este mismo día, podemos comenzar a realizar prácticamente el método de la Cabalá y propiciar la revelación de la luz en nuestras almas. Así que, aprovechemos esta oportunidad para encender hogueras de amor y conexión en nuestros corazones, porque esa es la esencia de toda la Torá.
