Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

¿Por qué la economía global es fundamentalmente inestable?

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En la coyuntura actual, estados y gobernantes poderosos, fácilmente pueden ser aplastados, con consecuencias para toda la humanidad. Estas situaciones pueden afectar el costo de la vida, el valor de la moneda y los fondos e inversiones que teníamos. La creciente inestabilidad intensifica el estrés en la vida y nos preguntamos si mañana tendremos trabajo, sustento y pensión.

Una mirada amplia a la evolución humana, muestra que nos acercamos a un estado completamente nuevo, inédito. A lo largo de la historia, hemos progresado de un ego pequeño a uno mayor. Esto trajo desarrollo tecnológico, industrial y comercial. Una forma de gobierno sustituyó a otra, pero el poder siempre descendió de arriba abajo. El poder siempre ha sido el del puño, poder de control bajo la forma de reyes, parlamentos o ejércitos. Cada guerra, lucha y revolución intentó llevarnos a un estado mejor y más elevado, con más dinero y poder. Lo medimos todo según el resultado final y desarrollamos una jerarquía clara y la pirámide familiar.

Ahora, de repente, se despliegan muchos procesos que nos confunden. Por ejemplo, en economía, surgieron diversas burbujas que podrían estallar en cualquier momento. En la industria, muchas fuerzas se desplazaron de Estados Unidos y Europa a Asia. No hay claridad en quién es grande o pequeño, quién es fuerte o débil. Las monedas podrían perder su valor y la conexión del dinero con la cobertura real se perdió hace mucho tiempo. Antes, se pagaba con monedas de plata u oro, pero hoy, el valor se ha vuelto mucho más abstracto, en muchos casos, incluso imaginario.

Así es la vida dentro de una burbuja. Es ficticia, es una cortina de humo. ¿Qué es verdad y qué es mentira? Depende de a quién le preguntes y cuándo.

La sensación es que el mundo se nos escapa de las manos, tiene forma propia, aún incierta y totalmente incontrolable. Es una gran red que nos une y sacude el suelo. No nos da ningún momento de estabilidad ni calma, se mueve y cambia constantemente.

¿Hay algo claro en esta situación? Es evidente que nos influimos mutuamente. De un día para otro, la interdependencia aumenta y pone en peligro a quienes ostentan el poder mundial. ¿Por qué? Porque nadie quiere perder el control y ese peligro podría acarrear consecuencias graves, como guerras y conflictos. Además, con las armas que tenemos a nuestra disposición, quién sabe cuántos sobrevivirán si hubiera otra guerra mundial.

Por eso, es importante comprender el nuevo sistema que se nos revela. Surge sin consultarnos de la ley evolutiva de la naturaleza. No olvidemos que somos la especie humana dentro de un sistema mayor y que hay movimiento en la naturaleza. Si hasta hoy nos hemos desarrollado según el ego competitivo, materialista e individualista, actualmente nos dirigimos hacia una forma totalmente nueva, una integral y complementaria. Y esta nueva forma que surge, traerá nuevas definiciones de poder, dinero y control.

Para adaptarnos al mundo futuro, necesitaremos actualizar la percepción. Los cambios externos, como cambio de gobiernos o invención de tecnologías asombrosas, no servirán de nada. Tendremos que avanzar y desarrollar un enfoque completamente diferente de nosotros mismos, de la sociedad y del mundo actual. ¿Qué necesitamos en esta situación? Nada menos que un ser humano nuevo. uno que se sienta parte inseparable del todo y se preocupe por el bien de los demás.

La base del poder futuro estará en el centro de nuestra conexión. En esta coyuntura, como en el centro de un círculo, descubriremos una nueva fuerza de integración total, mutualidad y complementariedad. Será una fuerza de conexión, la fuerza interior que existe en la base de la naturaleza, la que gobierna el desarrollo de la creación con la cualidad de amor y entrega pura.

Mientras más nos esforcemos por acercarnos entre nosotros y con la fuerza positiva que reside en la naturaleza, más sentiremos que esa fuerza fluye entre nosotros. Sentiremos su dominio y que nos llevará a una conexión más profunda y elevada. Gradualmente y de este impulso de conexión armónica, nacerá una nueva humanidad. Descubriremos una nueva sociedad, que vivirá en responsabilidad, con ayuda, apoyo y preocupación mutuos. Será una sociedad donde nadie buscará dominar ni dañar a nadie y el poder se medirá por la capacidad de controlar el ego, de superarlo para lograr la cualidad común de amor, generosidad y conexión entre todos.

En hebreo, la palabra dinero (Kesef) viene de la misma raíz lingüística que anhelo (Kisufa), que indica intensidad de atracción y que define la riqueza espiritual que habita en nosotros. Mientras más pronto comprendamos que nuestro futuro positivo reside en conectarnos de forma circular e integral, más pronto cambiaremos nuestra trayectoria negativa y destructiva hacia una de armonía, paz y equilibrio.

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