
La soledad depende de la forma en la que la percibimos y de qué hacemos con ella. Si estamos solos y aprovechamos el tiempo para desarrollarnos, reflexionar y comprender la vida con mayor profundidad, puede ser muy útil. En estas circunstancias, nos liberamos de las obligaciones externas. Somos libres de estructurar la vida como mejor nos parezca y podemos utilizar el tiempo eficazmente para nuestro crecimiento personal.
Pero, no todos pueden hacerlo. Algunos, por naturaleza, buscan la vida familiar, conexiones y relaciones cercanas. Sienten plenitud al estar rodeados de otros, en las responsabilidades familiares y en la crianza de los hijos. Otros, por el contrario, se sienten mejor cuando están solos y no sienten necesidad de una interacción social constante.
Debemos entender que nuestra naturaleza egoísta —el deseo de disfrutar sólo en beneficio propio— está creciendo muy rápido y al mismo tiempo, nuestra capacidad para tolerar y conectar con los demás disminuye. Por eso vemos que cada vez más gente elige vivir sola, incluso, muchos en sus relaciones se sienten distantes.
Pero en lugar de juzgar esa tendencia, deberíamos reconocerla como parte de la evolución natural de la humanidad. Si deseamos mejorar nuestras relaciones —no sólo en el matrimonio, sino en todas las interacciones humanas—, el enfoque no debe estar en obligarnos a adoptar estructuras tradicionales, sino en fomentar un ambiente de conexión humana positiva en toda la sociedad. Es decir, superar el ego y aprender a conectarnos, no por el beneficio personal, sino con comprensión y consideración mutuas.
El mundo actual está cada vez más estructurado para una interacción mínima: todo está disponible en línea, desde la entrega de comida hasta el trabajo remoto. Esta es otra señal de que la naturaleza humana está cambiando. Pero la verdadera pregunta es: ¿Cuál es el propósito de la conexión entre la gente?
En la sabiduría de la Cabalá, aprendemos que la conexión es el medio para superar el ego y revelar una realidad superior. Lo que importa es si usamos nuestras relaciones, sean cuales sean, para alcanzar un estado superior de existencia.


