
¿Qué gano con saber qué me pasará dentro de una semana, un mes, un año o incluso veinte? No hay ningún valor real. De hecho, es mucho más interesante vivir sin saber. El misterio en sí, le da a la vida su emoción.
Cuando ya lo sabemos todo, es como ir al cine, sentarnos y darnos cuenta de que ya vimos la película. Recordamos cada escena y nos quita la emoción.
Por eso digo que es mejor vivir con la actitud de que mañana es mañana y pase lo que pase, pasará. Todo está en manos de la naturaleza y simplemente debemos dejarnos llevar por lo que nos marca. El mejor estado es no saber nada y aun así, ser dueños de nuestra vida.
En la medida en que somos dueños, actuamos y en la medida en que no lo somos, aceptamos. No hay necesidad de indagar en lo oculto. Progresamos según las reglas que la naturaleza nos impone para lograr su equilibrio. Logramos equilibrio gracias a las condiciones exactas que eligió para nosotros, ni más ni menos y en el proceso, no deseamos ver más allá ni siquiera un poco. Nuestro mayor deseo es seguir devotamente el camino de la naturaleza, seguir lo que nos indica. De hecho, es la mayor recompensa que podemos recibir en la vida.
¿Escuchar a alguien hablar de mi futuro? No, gracias. En su lugar, debemos lograr equilibrio con la naturaleza, lo que en última instancia, es adquirir su cualidad altruista, para estar constantemente orientados hacia el beneficio de los demás y de la naturaleza y, en adhesión a su propia cualidad vivificante.
Si en el camino ocurre algo aparentemente terrible, no deberíamos verlo con tanto horror. Depende enteramente de cómo nos relacionemos con lo que sucede. Si aceptamos todo con el corazón abierto, si entendemos que viene del plan de la naturaleza para que avancemos hacia el estado de equilibrio total con ella, al estado de eternidad y perfección, todo lo que suceda será correcto. El momento mismo se vuelve simple, claro y suave.
Nuestra actitud hacia la naturaleza es lo que la define como nuestra fuente, la cualidad que nos creó y nos sustenta. En eso, se revela la conexión correcta entre nosotros y la naturaleza.


