¿Cuál será la clave del éxito en un mundo cada vez más interconectado e interdependiente? Para descifrar el enigma, necesitamos diagnosticar con precisión el problema. Resulta que hay un factor en la raíz de todos los fracasos y crisis que se observan en las relaciones, tanto en la sociedad en general como en la vida personal.
En parejas donde hay explosiones, en divisiones nacionales y en conflictos internacionales, vemos el juego de ego, es decir, luchas de poder, honor y dominio. Cada parte piensa en sí misma. No puede ver nada más. No es que todo fuera siempre perfecto en el pasado, sino que ahora el ego parece estar por las nubes. Es más, no deja de crecer, no se detiene y constantemente genera nuevos dramas.
Resulta que la vida nos acerca en todo tipo de conexiones, pero en el fondo ocurre lo contrario. Nos volvemos cada vez más distantes, no podemos tolerar a nadie cerca, somos cerrados, irritables y de mal genio. No podemos mantener conexiones sólidas con quienes nos rodean, es un fenómeno que se manifiesta negativamente en todos los ámbitos de la vida. Por ejemplo, en un extremo del mundo hay obesidad, en el otro, gente que muere de hambre. No podemos vivir en igualdad, paz y tranquilidad, si sigue la tendencia del desarrollo egoísta, nos esperan desastres globales: guerra nuclear, colapso ecológico y disturbios callejeros. En la vida privada, vemos que la unidad familiar se desmorona.
Con el tiempo, comprenderemos que, para sobrevivir necesitamos superar el ego. Tendremos que invertir toda nuestra energía en desarrollar la capacidad de relacionarnos con los demás, como con nosotros mismos, de percibir a todos como partes de nosotros. Mientras más logremos esta transformación, más progresará la humanidad hacia la siguiente etapa evolutiva de armonía, paz y conexión positiva.
En la práctica ¿dónde podemos iniciar este desarrollo? La relación de pareja puede servir como laboratorio en casa, siempre está disponible. El enfoque integral de la educación nos enseña a actuar para desarrollar conexiones positivas y nos permite implementar estos principios en el marco de la relación de pareja y también en la conexión con otras parejas en un grupo. El aprendizaje que implica el enfoque integral de la educación se centra en la naturaleza humana, la naturaleza del mundo y la tendencia hacia el desarrollo de una conexión integral. El grupo ofrece un entorno social para aclarar experiencias, compartir perspectivas e impresiones de los ejercicios de pareja, así como apoyo y aliento entre reuniones.
Al participar en este proceso, creamos un nuevo sistema de valores que da prioridad a elevarnos por encima del ego personal, para conectarnos con los demás en amor y expandir los límites de la percepción. Cada pareja busca dar buen ejemplo de concesión y amor mutuo. En el proceso, se pueden identificar tres etapas principales.
Primero, cada miembro intenta ser como psicólogo consigo mismo, identifica lo que le habla en su interior. Cualquier crítica que tengan hacia su pareja, los diversos defectos que ve en ella, sus errores y lo que aún necesitan cambiar, cada uno debe intentar superarlo.
En segundo lugar, cada miembro de la pareja debe querer sentir y comprender a su pareja, sus deseos, pensamientos, pasiones, aspiraciones y metas. Incluir su mundo interior, construir su imagen interior y ponerse a su servicio, para esforzarse y alcanzarlas.
En tercer lugar, cada miembro de la pareja debe reconocer que es difícil mantener este enfoque y que necesitamos ayuda de otras parejas que estén en un proceso similar. Así surge el impulso para crear un entorno de apoyo.
Un principio importante en el enfoque integral de la educación es que, quien encuentra defectos en los demás, lo hace por sus defectos propios. Este principio dice que, si amamos más a los demás, probablemente no veríamos defectos en ellos. Además, si vemos algo malo, es una invitación para aumentar el amor de nuestra parte. Es como una madre que ama tanto a sus hijos pequeños, que para ella, siempre son adorables. Cuando hay amor, no hay exigencias. Estamos dispuestos a hacerlo todo por nuestros seres queridos y disfrutamos cada uno de sus detalles por nosotros. La actitud es lo que importa, no lo material y con alguien a quien amamos, estamos dispuestos a vivir, incluso en un apartamento de una sola habitación. Por eso se dice: «El amor cubre todas las transgresiones» (Proverbios 10:12). No hay defecto ni deficiencia que no pueda ser suplida con amor.
Desde una perspectiva amplia, cuando las parejas buscan salir de sí mismas y sentir al otro, desarrollan la capacidad de percibir una realidad más amplia.
Naturalmente, nuestro ego es como lentes a través de los cuales vemos y analizamos todo. Constantemente nos hace preguntarnos: «¿Qué puedo atraer hacia mí? ¿qué gano con quienes me rodean?» Resulta que nuestra percepción egoísta nos oculta muchos hechos, porque filtramos la realidad en «lo que es bueno para mí». La realidad es mucho más amplia, pero debido al ego, sólo percibimos una imagen estrecha y limitada. Si aprendemos a salir de nosotros y desarrollamos la capacidad de actuar por el bien de los demás, obtenemos una nueva visión del mundo. Se abren un sinfín de nuevas posibilidades y abundarán las oportunidades para expandir nuestro «yo».
De este principio, surge un ejercicio práctico para las relaciones de pareja que es acordar con la pareja que, a partir de este momento, no ven defectos en el otro. No hay nada malo en la pareja. Ambos son perfectos y sólo buscan hacerse bien mutuamente. Quieren sentirse conectados internamente, hasta que se conviertan en uno solo.
«Vi un mundo opuesto», dijeron los sabios. Si logramos conectarnos con amor, mereceremos descubrir ese gran éxito
Maravilloso. Respetado Dr Michael Laitman, doy gracias a Hashem por su vida y por la vida de cada Yeudi qué transforma el mundo, gracias por sus enseñanzas, gracias por llegar a lo profundo del alma.
Am Israel Hai.✡️🙌🏻✡️