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Baal HaSulam: Vida y Legado del Gran Cabalista

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Ayer conmemoramos el día del fallecimiento de uno de los más grandes cabalistas en la historia de la humanidad, el rabino Yehuda Ashlag, conocido como el “Baal HaSulam”.
Baal HaSulam fue un alma especial que descendió al mundo para traernos la sabiduría de la Cabalá y acercarnos a una vida de felicidad, paz y unidad.
“Encontré para mí una gran necesidad de hacer estallar el muro de hierro que existía y separaba entre nosotros y la sabiduría de la Cabalá”, escribió. Y en efecto, él fue el primero que interpretó todo el Libro del Zóhar y los escritos del Arí, el primero que adaptó la sabiduría antigua de la Cabalá a cada persona, el primero que publicó un periódico cabalista y lo difundió entre el pueblo. En su corazón latía la preocupación por el destino de nuestro pueblo, preocupación que dictó de manera absoluta todo el curso de su vida.

Baal HaSulam nació en Varsovia en el año 1884, y emigró a la Tierra de Israel en 1921. Él había planeado emigrar ya algunos años antes, cuando organizó un grupo de cientos de familias, para establecer en la Tierra de Israel un asentamiento compartido. “Nubes negras se acercan al cielo de Europa”, dijo a todo aquel que escuchaba, “el reloj hace tic-tac, no nos queda mucho tiempo”.
Pero entonces los rabinos de Varsovia descubrieron su plan, y debido al temor de la influencia de la secularidad en la Tierra de Israel, hicieron fracasar la iniciativa, dispersaron al grupo y excomulgaron a Baal HaSulam. Algún tiempo después, estando desprovisto de todo, después de haber perdido su puesto como rabino, emigró con su familia a la Tierra de Israel y se asentó en Jerusalén.

Desde el momento en que llegó a la Tierra de Israel, dedicó todo su tiempo a la difusión del método del amor al prójimo. “Me alegro de haber nacido en una generación en la que ya está permitido divulgar la sabiduría de la verdad”, escribió Baal HaSulam en su artículo “La enseñanza de la Cabalá y su esencia”. Ya en 1933 decidió publicar una serie de artículos que allanaban el camino a una verdadera unión del pueblo.
“Tiempo de actuar” fue su primer artículo, y su título atestiguaba más que todo sobre la intención inequívoca de Baal HaSulam: había llegado el tiempo de adaptar la sabiduría de la Cabalá a nuestra generación. Hasta entonces la sabiduría había estado cerrada y clausurada con miles de candados, pero no más. La humanidad necesitaba la sabiduría de la Cabalá, y Baal HaSulam entregó la sabiduría al mundo.

La serie de artículos fue solo el primer eslabón en la cadena; Baal HaSulam interpretó los escritos del Arí y de ellos creó una obra maravillosa llamada “Talmud Eser Sefirot” (El estudio de las diez sefirot). En su introducción al libro escribió Baal HaSulam que estaba destinado a permitir que toda persona en nuestros días encontrara la respuesta a la pregunta: “¿Para qué vivo?”.
“Solo y únicamente mediante la expansión de la sabiduría de la Cabalá al gran público mereceremos la redención completa”, determinó Baal HaSulam en una afirmación que no admitía dos interpretaciones, y no solo para el público que ya la conocía y se ocupaba de ella, sino para todo el pueblo, para todos. “Y siendo así, estábamos obligados a establecer centros de estudio y a componer libros, para apresurar la difusión de la sabiduría en los espacios de la nación”.

El 5 de junio de 1940 Baal HaSulam decidió dar un paso revolucionario. Reunió las ideas más centrales en la sabiduría de la Cabalá, las reescribió en un lenguaje sencillo y las publicó en el primer periódico cabalista de la historia, el periódico “HaUma” (“La Nación”).
Por medio del periódico, Baal HaSulam salió con un llamado emocionado a los de su generación: “¡Debemos unirnos! No tenemos elección, solo juntos tendremos éxito”. Se levantaron contra él muchos opositores, pero él no se amedrentó de los intentos de detenerlo, al contrario, eso solo lo fortaleció. Decidió hacer todo lo que estuvo en su poder para traer la Cabalá a sus hermanos, y comenzó a escribir la obra de su vida, el comentario “HaSulam” sobre el Libro del Zóhar.

Dos infartos, uno tras otro, casi lo derribaron. Con gran dificultad se levantó de su lecho de enfermedad, ignoró el reposo que le había prescrito el médico y continuó en la labor de la escritura.
Dieciocho horas trabajaba cada día. Cuando se dormía, su esposa abría sus dedos para sacar el lápiz de su mano encogida por una artritis severa. Reunió sus últimas fuerzas para sostener la tarea que se impuso. Letra tras letra ordenaba, y preparó por sí mismo el comentario al Libro del Zóhar para la imprenta. Una taza de café tras otra, debía permanecer despierto y terminar la labor.

En paralelo a todo ello mantuvo una serie de encuentros con los dirigentes de la comunidad judía en la Tierra de Israel , entre ellos Moshe Sharett, Zalman Shazar, Jaim Arlozorov y David Ben Gurión. “Muchas veces” contó Ben Gurión, “me encontré con Baal HaSulam para hablar con él sobre Cabalá y sobre el futuro del Estado”. Muchas veces lo sorprendió Baal HaSulam con sus opiniones revolucionarias y de largo alcance.
Baal HaSulam conocía su esencia interior y la singularidad de nuestro pueblo. Sabía que el pueblo de Israel podía existir solo sobre la base de la ley espiritual del amor al prójimo. En sus encuentros con Ben Gurión volvió y enfatizó: “Para tener éxito en nuestra misión común y construir aquí una sociedad feliz, debíamos despertar dentro de nosotros la chispa del amor al prójimo, de lo contrario, más temprano o más tarde, no tendríamos base común”.

Veía tanta importancia en el establecimiento del Estado, que incluso en el cuchillo con el cual cortaba las jalot (panes trenzados) después del kidush (bendición) en Shabat, grabó la inscripción “Estado de Israel”.
Baal HaSulam completó su función. Nos dejó en nuestras manos la obra de su vida: el comentario El Sulam sobre el Libro del Zóhar, y el “Talmud Eser Sefirot”, su interpretación completa a los escritos del Arí.
Él pavimentó para nosotros el camino para alcanzar la felicidad, la perfección y la eternidad. Ahora, todo lo que nos queda para llegar a ello, es ascender en la escalera espiritual que él nos colocó, “una escalera que llega hasta el cielo”, según sus palabras.

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Publicado en: Judíos, News
Un comentario sobre “Baal HaSulam: Vida y Legado del Gran Cabalista
  1. Carlota Gabay dice:

    Y éste, mas que nunca, es el Tiempo!
    Cómo Gran Familia de la Humanidad, debemos RECORDAR!!! VOLVER AL CORAZÓN!!!
    ALLÍ ESTÁ DIOS ESCONDIDO!!!