La sabiduría de la Cabalá nos explica que toda la realidad es un sistema único. En la naturaleza, opera una fuerza general y existimos bajo ella.
Sí, somos sabios, pero esa fuerza es mucho más sabia. Además, si hacemos planes, esa fuerza ya los conocía. No tenemos nada más allá de lo que originalmente implantó en nosotros, porque somos su resultado, sus hijos. Esa fuerza única recibe muchos nombres: «Dios», «Creador», «Naturaleza».
Esta perspectiva de la realidad, como sistema integral, es esencial para avanzar en nuestra comprensión de todo lo que nos sucede.
Existe, pues, una fuerza que crea y organiza la naturaleza desde el inicio de la evolución que descubrimos e incluso, antes. Todo funciona según sus leyes, según un programa integral. Podemos llamarlo evolución o plan divino, el nombre que le demos no importa. Lo importante es cómo podemos descubrir esa fuerza superior. Este es el tema de la sabiduría de la Cabalá, nuestra sabiduría interior que investiga los fundamentos de la realidad.
Mientras más descubrimos la fuerza superior y la trayectoria evolutiva que nos guía, mejor comprendemos por qué nos llegan los estados y qué debemos hacer para evolucionar de forma óptima, sin presiones, sino con progreso consciente, introspección y conciencia.
Se puede descubrir la fuerza superior gracias a la ley llamada «equivalencia de forma». Esta ley establece que para percibir cualquier fenómeno es necesario que surja una forma similar en nuestro interior. Así funciona el receptor de radio. Para recibir la onda que transmite una emisora de radio específica, el receptor debe generar la frecuencia de esa onda en su interior.
La naturaleza de la fuerza superior es concesión, es decir, amor puro, entrega. Para descubrirla necesitamos crear una conexión similar, una conexión profunda de amor. Además, debemos hacerlo por encima de nuestras diferencias de opinión y del rechazo que surja, es decir, por encima del ego y el odio. La ley general es “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No es simplemente una recomendación moral agradable, sino la definición del único código de conexión con el que podemos descubrir la fuerza superior única de la naturaleza. Al alcanzar el estado de “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, entramos en el sistema operativo que gobierna todo lo que nos sucede, a nosotros y a la creación. Mientras más aprendemos a conectarnos de forma óptima -para lo que la sabiduría de la Cabalá detalla un método-, más nos acercamos a la fuerza superior. Así y sólo así, podremos sentir su influencia compasiva sobre nosotros.
No hay forma de resolver los problemas actuales, sin acercarnos a la fuerza superior. Nuestros innumerables problemas actuales tienen una falla única: la relación egoísta entre nosotros y precisamente esta falla es la que debe corregirse.
Abraham fue el primero en hablar de unidad. Nos enseñó a conectarnos con una actitud común de amor. Una comunidad de miles de estudiantes de todas las naciones y tribus de la zona, se reunió en torno a Abraham y a la idea que enseñó. Como explica Maimónides en el Libro de la Sabiduría, nuestra nación se formó posteriormente a partir de estas personas.
Desde entonces, tenemos una misión dentro de este rompecabezas universal. Es nuestra responsabilidad alcanzar el estado de unidad (“Ama a tu prójimo como a ti mismo”) por encima de nuestras diferencias y divisiones (“El amor cubrirá todas las transgresiones”) y dar ejemplo de vida en conexión y amor, es decir, vida alineada con la fuerza superior única y su revelación tangible dentro de la nación (para convertirnos en “luz para las naciones”). Pasamos por varios ascensos y descensos en relación con esta misión, hasta que, hace unos 2,000 años, el odio destruyó nuestra conexión y nos envió al exilio.
Después de un largo exilio, regresamos aquí, a la Tierra de Israel y no por casualidad. El mundo en el que vivimos se volvió interconectado e interdependiente, nos conectó a todos con todos, pero los juegos del ego amenazan con destruir todo lo construido por la humanidad. El ser humano necesita una nueva forma de vida, acercarse a la fuerza superior que nos unirá. Esa es la razón subyacente, tras el enfoque, aparentemente, desproporcionado de la humanidad en este pequeño pedazo de tierra llamado «Israel».
Los golpes que recibimos -internos y externos-, indican que estamos atrasados. No logramos hacer frente a las exigencias de los tiempos. Nada nos ayudará salvo la conciencia de que nos enfrentamos a una fuerza superior. Es la que combate con nosotros, con personajes y situaciones que nos envía. Necesitamos reconciliarnos con la naturaleza y alinearnos con ella, conectando en armonía entre nosotros, por encima de todas las diferencias.
Si deseamos acercarnos a la fuerza superior recibiremos fuerza, intelecto, emoción, mente y corazón. Esa mente y corazón serán nuevos e integrales, podrán percibir la realidad como un todo, como un mecanismo único, siempre considerando el bien común. Este enfoque nos organizará desde dentro y brillará desde aquí a nivel mundial. Incluso calmará a quienes nos odian, los convertirá en nuestros aliados. Gradualmente, la humanidad aprenderá a vivir como un colectivo y ascenderemos al siguiente nivel de existencia, como la corona de la creación.
Este es el mapa evolutivo descubierto por los grandes sabios de la nación de Israel, así lo explica la sabiduría de la Cabalá. Sólo nos queda ayudarnos mutuamente a interiorizar esta imagen



Hay un istoria
Me encanta la conexión en todo realmente Hashem, es perfecto.
Definitivamente, el ego del hombre no deja ver la Luz
Sobré nuestro pueblo
El amor es una pega insepararle.