Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

¿Cómo se puede arreglar una relación rota?

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Cada vez que me invitan a hablar sobre cómo mejorar las relaciones entre: cónyuges, padres e hijos, colegas o vecinos, percibo la misma expectativa: «Denos consejos. Consejos y soluciones rápidas para arreglar este o aquel problema». Y siempre tengo que decir honestamente, que no hay tal solución. No hay atajos. No podemos resolver crisis de conexión humana con parches ni con trucos. El problema es mucho más profundo. No es nuestro comportamiento. Es lo que somos.

Nos enfrentamos a un colapso global de los sistemas humanos. Desde la familiar hasta la economía, desde la educación hasta la cohesión social, todo se está desmoronando porque el tejido que nos unía se desgastó. Ese tejido, una vez fue la conexión natural entre la gente, basada en una vida en común con dependencia mutua. Ahora, evolucionamos, en realidad, involucionamos, hacia egos aislados. El avance tecnológico, a pesar de toda su brillantez, aceleró el colapso de nuestros vínculos internos.

Lo que nos falta es conexión. Conexión real. Nuestra conexión está fundamentalmente rota. Esto aplica a la conexión entre personas, dentro de la familia, en la sociedad y también entre naciones. Este es el problema central. No podemos reparar nuestras conexiones rotas por medios externos. La única solución es construir un nuevo ser humano.

Cuando digo «un nuevo ser humano», no me refiero a cambiar nuestra forma de hablar o actuar superficialmente. Me refiero a una transformación en percepción, valores e identidad. Lograrlo, requiere comprender que la plenitud no viene al dominar a los demás ni al protegernos, sino de crear una conexión humana positiva, es decir, de integrarnos con los demás de forma sana y mutua.

La gente me pregunta: «¿Cómo corregir a una pareja que pelea?». La respuesta es que primero debemos arreglar al ser humano, al hombre y a la mujer. Luego podremos hablar de construir un nuevo tipo de familia. Primero, se le debe reformatear, es como borrar el disco duro viejo e instalar un nuevo sistema operativo. Sin hacerlo, no hay base sobre la que podamos construir.

Por eso, siempre doy la misma respuesta: educación. No educación de libros de texto, sino educación para la vida. Necesitamos educación para adultos, no sólo para adquirir habilidades ni conocimiento, sino para comprendernos a nosotros mismos, nuestra naturaleza y el propósito de la vida. ¿Qué nos motiva? ¿por qué sufrimos? ¿por qué fracasamos en nuestras relaciones? Cuando logremos comprender que todas nuestras acciones están motivadas por el interés propio y que la satisfacción genuina y duradera reside más allá del ego, podremos empezar a cambiar.

Esta educación no puede darse sólo con palabras. No podemos simplemente decirle a alguien: «Sé mejor» y esperar que se transforme. El verdadero cambio requiere ejemplo, entorno y experiencia. Si el niño aprende observando a los adultos, estos deben estar inmersos en una nueva sociedad, aunque sea virtual, que demuestre nuevas normas y valores. Por eso, en el aprendizaje colectivo, confío en el trabajo en grupo, en observar situaciones reales que reflejen nuestras luchas internas y modelen nuevos resultados.

No sueño con que ocho mil millones de personas asistan a conferencias. Sueño con crear medios poderosos, como películas, series de televisión y otros programas, que muestren los mecanismos de su propio comportamiento y que despierten sus emociones. Si logramos crear narrativas que reflejen el dolor, las esperanzas y confusiones de la gente y le guíen con delicadeza hacia una nueva perspectiva, Iniciará un cambio importante hacia una nueva dirección positiva.

Al final, lo único que podemos hacer, es ofrecer esta nueva perspectiva. No convenceremos sólo con palabras, sino con sentimiento y relevancia. Cuando estemos dispuestos, cuando realmente busquemos una vida mejor —no con engaños del ego, sino con transformación interior verdadera—, encontraremos el camino. Mi función es estar preparado cuando lleguen.

Hasta entonces, debemos seguir construyendo las herramientas, el entorno, el ejemplo, para que cuando llamen a la puerta, haya una puerta abierta.    

Publicado en: News
Un comentario sobre “¿Cómo se puede arreglar una relación rota?
  1. Jeiner Nucamendi Avendaño dice:

    Gracias gracias gracias por la información