¿Cuáles son los desafíos más importantes que enfrentará la humanidad en los próximos 50 años?

Los científicos predicen que en los próximos 50 a 100 años, la humanidad se enfrentará a desafíos importantes, como:

– Modificación genética: Para 2050, los avances en ingeniería genética podrían permitir que la gente mejore, en formas que antes sólo se imaginaban en ciencia ficción.

– Envejecimiento de la población: Para 2100, se espera que el número de centenarios aumente más de 50 veces, de los 500,000 actuales a más de 26 millones. Esto generará desafíos en el cuidado de adultos mayores y podría influir en las políticas de inmigración.

– Desaparición de ciudades: El aumento del nivel del mar debido al cambio climático podría provocar la pérdida de partes de las ciudades costeras. Para 2050, las costas estadounidenses podrían tener un aumento del nivel del mar de hasta 30 centímetros.

– Agotamiento de los recursos naturales: Para 2050, habrá mayor presión sobre los recursos naturales, dado el crecimiento demográfico, con aumentos proyectados del 54% en demanda de alimentos y 56% de energía.

– Cambio climático: Si se mantiene la situación actual, la temperatura global podría aumentar 3.2°C para 2050, lo que provocará que empeore la contaminación atmosférica y afectará a 4 millones 900 personas más y un mayor estrés hídrico que afectará a 2,750 millones.

Sin embargo, nada de esto ocurrirá como la gente imagina. Nuestro desarrollo actual nos lleva directamente a un callejón sin salida. Podría parecer que podemos solucionar estos problemas poblando planetas y transformando desiertos, entre otras aparentes soluciones. Podemos construir, destruir o revolucionar el mundo, pero el ego humano no nos permitirá hacerlo para que, en última instancia, beneficie a la humanidad.

En su lugar, el ego —deseo de disfrutar a costa de los demás— hará la vida insoportable. Nos llevará a conflictos interminables entre familias, padres e hijos, vecinos, ciudades y naciones. No importa dónde ni por qué, no podremos llevarnos bien. Con el tiempo, la situación se volverá tan extrema, que caminaremos, armados y desesperados, por calles desiertas, sólo para comprar pan. Allá nos llevará el ego.

Ningún invento nos salvará. Usaremos cada avance tecnológico para dominar, explotar y reprimir a otros. Podemos verlo hoy con los avances tecnológicos. Realmente ¿para qué los usamos? Para manipular, lucrar y controlar.

Así que, en lugar de perseguir sueños vanos, sería más sabio preguntarnos: ¿Qué nos impide ser genuinamente felices?

La felicidad no es colonizar planetas sin vida ni construir autos sin conductor ni extender la vida a 200 años. Setenta u 80 años son suficientes si se viven con sentido. No se trata de cuánto vivimos, sino de cómo vivimos. La muerte es inevitable e intentar alejarla es una búsqueda sin sentido.

Lo que realmente necesitamos es alcanzar la sensación de eternidad y perfección mientras aún estamos vivos en este mundo. Esa es la verdadera solución: no perderse en distracciones egoístas que, a la larga, arruinarán todo.

¿Podemos decir que somos más felices hoy que hace 50 años? No teníamos los dispositivos electrónicos que tenemos ahora, pero eso no nos hacía menos felices. De hecho, muchos estudios demuestran que hoy, la gente está más deprimida, sola, ansiosa, estresada y sufre más que nunca.

Actualmente, la gente busca formas de escapar de la realidad, ya sea con sustancias, distracciones o un sinfín de entretenimientos. Si alguien viviera 200 años en estas condiciones, ¿qué haría con su tiempo libre? ¿pasar 100 de esos años en un sueño de narcóticos?

Necesitamos crear una vida buena aquí y ahora, la solución es simple: cultivar relaciones positivas y amables. Si no lo logramos en las relaciones humanas, iremos directo al desastre.

La gente habla del Armagedón, pero ¿sabe siquiera lo que es? Viene de HarMeguido, nombre de una pequeña montaña en Israel, donde hace miles de años se libraron batallas. Desde entonces, el término se ha convertido en símbolo del fin del mundo. Sin embargo, no tenemos que esperar a que ocurra esa catástrofe. Podemos elegir no someternos al sufrimiento extremo. Podemos lograr una vida pacífica, buena y plena, no en 50 años, sino hoy.

Y lo más importante, con la sabiduría de la Cábala, podemos comenzar a sentir la siguiente etapa de la existencia, el mundo superior, la transición de un estado a otro, de un ciclo de vida al siguiente. Está a nuestro alcance. Deseo sinceramente que todos descubran este estado eterno de crecimiento y plenitud y que lo hagan cuanto antes, eso nos ahorrará mucho sufrimiento en el proceso.