Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Viviendo con la Covid

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Vida diaria en Barcelona, España, en medio del aumento de casos de COVID-19 variante Delta, 11/jul/21

Para mí, la noticia de que los expertos se den cuenta de que Covid-19 no se irá a ningún lado, es una buena noticia. Desde el principio, dije que incluso si hay vacunas o medicamentos que curen la Covid, el virus mutará o vendrá otro y harán que nuestros esfuerzos sean inútiles. Como lo he dicho, probablemente cientos de veces desde el comienzo del brote, tratar de burlar a la naturaleza con tecnología no funcionará. Somos creación de la naturaleza y tratar de ser más astutos que nuestro creador es, por decirlo suavemente, imprudente.

Personalmente, estoy feliz de que esta sea la forma en la que la naturaleza nos dirige. No me alegra en absoluto que la gente sufra, pero no sufre por causa de la naturaleza, sino porque la humanidad es obstinada e insiste en ir a donde la naturaleza no quiere que vaya. Si te golpeas la cabeza contra la pared de la realidad, seguramente tendrás un gran dolor de cabeza. En el caso de la humanidad, este dolor de cabeza se manifiesta en millones de muertes innecesarias y en innumerables personas que sufren síntomas de larga duración debido a nuestra terquedad.

Nos guste o no, la Covid nos indica que bajemos la velocidad. La carrera de ratas tecnológica en la que estamos, casi devastó a la humanidad, debemos calmarnos y controlarla. La gente necesita dejar de pelear y empezar a hablar de lo que realmente importa: nuestras relaciones.

Dado que no podemos comunicarnos positivamente en el ámbito físico, la naturaleza nos llevó al virtual. Si aprendemos a comunicarnos positivamente en ese ámbito, veremos que la Covid afloja su control y dejará que también nos comuniquemos físicamente.

La naturaleza usa a la Covid para enseñarnos que nuestro verdadero sistema inmunológico no está en nuestro cuerpo, sino en nuestro corazón, en la forma de relacionarnos y sentirnos unos a otros. Como todos estamos conectados, la mala voluntad de uno se filtra a todos los demás y nuestras emociones negativas se propagan como virus y nos enferman. Las emociones positivas también se filtran y se extienden, pero desafortunadamente son muy escasas, de ahí el lamentable estado de la humanidad.

Las vacunas son útiles para mantener a raya a la pandemia, pero mientras evitemos hacer los cambios necesarios en nuestras relaciones, el virus seguirá regresando en diversas formas e intensidades, hasta que nos demos cuenta de que lo que necesitamos es un cambio profundo, más que una nueva vacuna. Covid no es una cepa de gripe. La forma de eliminarlo no es física, es emocional. Hasta que lo comprendamos, podremos curarnos, pero, después de que

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