Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Un nuevo comienzo para América Latina es posible

América Latina nuevo comienzoSiento gran simpatía por América Latina y mis alumnos allí; me entristece la convulsión socioeconómica que están viviendo y comparto su preocupación y su dolor. El mundo entero vive situaciones muy difíciles y los países latinoamericanos tampoco vislumbran un buen futuro, sobre todo con el alto costo de vida, agudizado por el aumento de los precios de los combustibles.

Las recientes protestas en Argentina, Ecuador, Panamá y otros países, provocadas por la crisis económica, son probablemente sólo el presagio del malestar social que veremos en los próximos meses. Es probable que los gobiernos de la región no puedan atender las demandas de la población, de reducción del costo de vida, para apaciguar sus temores y descontentos.

Para superar la crisis, sugiero que los latinoamericanos traten de reducir sus exigencias en la vida material y no traigan patrones occidentales a su forma de vida. Sería bueno que siguieran un estilo de vida menos desarrollado y que estén satisfechos con lo que tienen.

Los países occidentales también deberían dejarlos y no tratar de imponerles la cultura y el consumismo, que ellos consideran señal de progreso y desarrollo. El principal cabalista Yehuda Ashlag escribió correctamente que “conocemos el terrible mal que infligen las naciones que imponen su reinado a las minorías, privándolas de libertad, sin permitirles vivir su vida según las tendencias que heredaron de sus antepasados. Se les considera, nada menos que asesinos”. (La libertad)

La paz y el bien para estas naciones no vendrán del desarrollo material. Por el contrario, las naciones desarrolladas traen destrucción a las naciones auténticas del mundo, como les sucedió alguna vez a los pueblos indígenas de Estados Unidos. Gracias a la influencia occidental los latinoamericanos ya no podrán estar satisfechos con lo que tienen, tampoco podrán estabilizarse ni tener el mismo nivel de vida que los países occidentales.

El mayor peligro que enfrenta América Latina es la proliferación y comercialización descontrolada de drogas ilegales; es muy desafortunado. Son países hermosos, con gente buena, pero están siendo destruidos por el deseo de elevar artificialmente su nivel de vida.

Mientras más se desarrolla una nación, más ego desarrolla y surge distancia, frialdad y alienación social entre la gente. Se pierde la conexión natural que alguna vez existió con el resto de las especies y con la naturaleza, con la sensación de que todos están conectados en un solo sistema.

Este sentimiento debe ser reavivado con educación y buscando implementar una instrucción que permita un cambio verdadero y duradero.

Me gusta mucho el carácter de los latinoamericanos. Se acercan directamente a los demás y al mundo. No son deshonestos, no te hablan bien mientras sostienen un cuchillo o un machete en la espalda, no tienen pensamientos maliciosos. Pero hoy, se desarrollan sin su intención amable, sólo según los dictados del bolsillo, no según el alma. Necesitan esforzarse y de forma consciente, volver a poner en primer plano su conexión, cuidado y responsabilidad mutuos.

 

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