Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Si quisieras donar para combatir el antisemitismo, ¿dónde sería?

Michael Laitman en Times of Israel

El crecimiento del antisemitismo y el aumento de los fondos para combatirlo

«Por todo el mundo, las comunidades judías están teniendo que afrontar un número récord de peligrosos ataques antisemitas», afirmó Yitzhak Herzog, jefe de la Agencia Judía, reconociendo la urgencia de combatir el antisemitismo a nivel mundial y la importancia de la aportación de 5 millones de dólares para ese propósito por parte del magnate ruso Roman Abramovich. Esta es una de las numerosas iniciativas llevadas a cabo últimamente por donantes preocupados que aportan sumas de 7 cifras para combatir el odio contra los judíos. Resultará ser un dinero desperdiciado si no se da prioridad al acercamiento de los judíos que residen Israel primero. Su unión se extenderá de inmediato a los judíos de todo el mundo y posteriormente a la humanidad en su conjunto, dando paso a una nueva existencia pacífica y armoniosa.

Hasta ahora, los esfuerzos globales para combatir el antisemitismo han ido dirigidos a aumentar la información, la vigilancia y la seguridad de las comunidades judías de todo el mundo. Otro objetivo ha sido hacer frente a la creciente ola de antisemitismo en línea y al creciente apoyo al movimiento BDS. Este es la principal finalidad de la fundación de 20 millones de dólares que el filántropo judío Robert Kraft pretende crear.

Mientras tanto, en Europa, dos donantes suecos prometieron 4 millones de dólares para, en sus propias palabras, «infundir esperanza a la población judía». Los fondos están destinados a aumentar la seguridad de los judíos en Malmoe, Suecia, donde cada año se denuncian múltiples incidentes y amenazas antisemitas. Situaciones similares se viven en Francia, Alemania y el Reino Unido, entre otros países europeos.

Sin embargo, todos estos esfuerzos son soluciones temporales que no logran abordar la raíz del problema del creciente antisemitismo. La causa del antisemitismo es el fracaso del pueblo judío en asumir su identidad y aceptar la misión de unirse para poder ser transmisores de unidad y que esta se propague por el mundo.

Por lo tanto, combatir el antisemitismo en su raíz significa implementar una solución única e integral: educación y promover la unidad por encima de la división.

¿Qué tipo de educación puede garantizar un futuro armonioso a la humanidad?

En pocas palabras, la educación debe centrarse en unir al pueblo judío bajo el principio de «ama a tu prójimo como a ti mismo» y que este sea un conducto gracias al cual la unidad se extienda por todo el mundo («una luz para las naciones»). Toda persona pudiente que quiera propiciar un cambio significativo en el mundo debería invertir en organizaciones que se ocupen de la educación dirigida a unir al pueblo judío.

¿Por qué la unidad judía es tan importante?

El pueblo judío recibió su nombre al alcanzar un estado de unidad espiritual (la palabra hebrea para «Judío» [Yehudí] viene de la palabra para «unidos» [Yihudí] [Yaarot Devash, Parte 2, Drush 2]). En tanto que judíos, no comparten ningún lazo biológico, ya que son un pueblo que proviene de todos los rincones de la antigua Babilonia: se congregaron en la tienda de Abraham y lograron la unidad cuando –utilizando el método para la unificación de Abraham– dirigieron sus esfuerzos a alcanzar la percepción y la sensación del estado espiritual de unidad, libre de toda motivación egocéntrica.

¿Por qué  hoy en día es tan importante esta forma de unidad espiritual y no biológica?

Porque precisamente hoy, dado que el ego humano ha crecido desmesuradamente, tenemos una humanidad que sufre una mayor división social y una gran cantidad de problemas –a nivel personal, comunitario y también a escala mundial– que provienen de una creciente desconexión interna entre las personas. Es más, la creciente diversidad social y la mezcla de culturas, economías y tecnologías en una amalgama global entremezclada, demanda un método que proporcione un sentido y aglutine la actual maraña.

A medida que sube el sufrimiento por el aumento de la división social, las personas instintivamente sienten que los judíos tienen la culpa de sus problemas. Esto es así debido a que, tiempo atrás, el pueblo judío alcanzó un estado de unión «como un solo hombre con un solo corazón» y las naciones del mundo tienen la corazonada de que los judíos les están ocultando «algo bueno». Pero tanto las naciones del mundo como los judíos no son conscientes de lo que realmente es ese «algo bueno»: una sociedad unida en armonía. Esa es la clave para la felicidad y la seguridad de todos.

Cuantos más problemas y crisis sientan las naciones del mundo, más culparán a los judíos de una manera inconsciente, atribuyendo a los judíos todo tipo de corrupción a la que tengan acceso (o puedan inventar), sin ser conscientes de que dentro de ellos hay un profundo odio arraigado que precede a todas esas expresiones corporales. A medida que aumenta la división social –con la consiguiente ansiedad, estrés, xenofobia y extremismo– y a medida que aumenta el sufrimiento en el mundo, se señalará cada vez más a los judíos. Y solo cabrá esperar una intensificación de los ataques y amenazas contra el pueblo judío.

El cabalista Yehuda Ashlag (Baal HaSulam) describe este fenómeno en detalle en su Introducción al Libro de El Zóhar:

«En generación así, todos los destructores entre las naciones del mundo levantan la cabeza y  principalmente desean destruir y matar a los hijos de Israel, como está escrito (Yevamot 63), ‘No hay calamidad para el mundo sino por Israel». Esto significa, como está escrito en las correcciones anteriores, que causa pobreza, ruina, robo, asesinato y destrucción en el mundo entero».

Hoy, las naciones del mundo perciben –sin ser conscientes de ello– que el pueblo judío o Israel, no están siendo un ejemplo de una unidad que pueda ser imitado por la humanidad. Y la reacción natural es que ejerzan presión sobre los judíos, lo que aumenta el antisemitismo. Ahora bien, en cuanto los judíos se unan, se logrará también la unidad de todas las naciones del mundo y sentirán un verdadero bienestar fluyendo desde Israel.

¿En qué deberían invertir los donantes que quieran combatir el antisemitismo?

Si entendemos que, para erradicar el antisemitismo, necesitamos la unidad de los judíos para que puedan ser inductores de la unidad en la humanidad, entonces, aquellos que deseen donar deberían hacerlo esencialmente en un plan educativo integral para Israel. Es preciso sufragar la educación y la promoción de la unidad entre judíos en diversas plataformas y medios de comunicación, además de cursos, programas, eventos locales y en línea que fomenten un cambio para que la sociedad aprenda a unirse por encima de los deseos de división y egocentrismo. 

El objetivo final de este plan educativo sería que un exultante nuevo espíritu de unidad se extienda por toda la humanidad, en otras palabras, una percepción más amplia de la realidad. Podría compararse a la situación de despertarse de un coma y encontrar una sensación de conciencia colectiva. 

Esa sociedad que comienza a valorar el deseo común de beneficiar a los demás, esa sociedad recientemente unificada, sería una sociedad mucho más feliz, pacífica y solidaria. En ese momento, el antisemitismo quedaría erradicado por completo. Es decir, no solo no habría odio a los judíos, sino que el odio sería sustituido por amor y agradecimiento hacia ese pueblo unido que extiende la armonía por el mundo entero.

«Con toda la plenitud que se completará dentro de la casa de Israel, desde ella, se irradiará a la toda Tierra y al mundo entero, por un pacto del pueblo, por una luz para las naciones’”.

 -Rav Abraham Isaac Kook, Ein Ayah (Ojo de halcón)

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