Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

No es el fin del mundo; es señal del avance humano.

no es el fin del mundo

El coronavirus, brote global de una de las peores epidemias de la historia, fenómenos climáticos extremos y terremotos en diferentes partes del mundo, son eventos que han provocado alarma y predicciones del fin del mundo.

Con el convencimiento de que vivimos tiempos apocalípticos, algunos están tomando medidas para limpiar su conciencia o incluso prepararse para un cataclismo. Temen el final de los días, recientemente un ciudadano israelí devolvió a las autoridades una piedra de 2,000 años que robó hace 15 años. Otros en Estados Unidos se preparan para vivir en las condiciones de la Edad de Piedra, por temor a que el mundo se quede completamente sin recursos. Los ultra ricos también están adquiriendo bunkers o propiedades remotas, totalmente equipadas como escondite para escapar de los estragos de los tiempos proféticos.

¿Las aflicciones actuales son signo de mayor sufrimiento que puede llegar hasta el punto de la aniquilación total? La respuesta es no. No hay fin del mundo. La materia no se destruye, solo se transforma a un estado mejor y más avanzado.

Medidas correctivas de la naturaleza

Lo que vemos como amenaza de la naturaleza son, de hecho, acciones serias para que la humanidad avance, no para eliminarla. El coronavirus, que se expande alrededor del mundo y asusta a la humanidad, es señal de la naturaleza para detener nuestra vida frenética por un período para repensar nuestra ruta. Abusamos y dañamos a la naturaleza en los niveles inanimado, vegetal, animal y humano, exprimimos y drenamos al planeta. Causamos estragos de forma rutinaria y el coronavirus nos muestra que el 90% de lo que hicimos es innecesario y perjudicial para el mundo.

Como un padre con sus hijos, cuando se portan mal, les grita y les presiona hasta que se corrigen, la naturaleza nos dice que debemos revisar nuestra actitud egoísta y destructiva, entre nosotros y con el medio, actitud que conduce a explotar y manipular a nuestro entorno y a los demás en beneficio personal.

El ego humano se desarrolla como enfermedad que se incuba en silencio, hasta que explota y debilita al cuerpo. Para recuperar el equilibrio, el cuerpo necesita detener su rutina diaria, permanecer en la cama, descansar, recuperarse y repensar sus pasos futuros, para estar sano. Del mismo modo, el planeta, que actúa como un solo cuerpo,  con el COVID-19, activó su sistema de autoconservación, en un proceso de purificación y curación de la enfermedad del ego humano exagerado.

El mensaje que nos da el virus

El virus nos da un mensaje claro: nosotros, como sociedad humana, estamos enfermos por el consumo egoísta y las relaciones dañinas que abruman y tratan de controlar a los demás. Esto es opuesto al funcionamiento sincronizado de la naturaleza, donde la coordinación precisa y armónica entre todos sus elementos prevalece. Si podemos aprender esta lección y corregirnos a nosotros mismos, activaremos la fuerza positiva de la naturaleza y habrá equilibrio.

Individual y colectivamente, debemos analizar si nuestros pensamientos benefician a los demás y comportarnos en consecuencia, así, revertiremos la crisis actual con un cambio en nuestra mentalidad y relaciones con los demás.

Rico o pobre, inteligente o simple, fuerte o débil, de sangre azul o ciudadano común, la pandemia no distingue. Su propósito es hacernos sentir que todos somos iguales en el sistema integral y circular en el que vivimos. Reconocer nuestra igualdad es un paso importante para organizar la sociedad humana de manera más solidaria y equilibrada con la naturaleza.

Si nos negamos a avanzar en la construcción de conexiones humanas positivas y en su lugar, volvemos al estado egoísta anterior que condujo a esta crisis, podríamos esperar una catástrofe provocada por el hombre, como una tercera guerra mundial, que provocaría un nivel completamente nuevo de sufrimiento e infortunio.

Sin embargo, se puede evitar un mayor sufrimiento si vemos los eventos que se desarrollan como oportunidad para conectarnos de mejor manera y comenzar a comportarnos en esa forma.

Nuestro destino será determinado o por nuestra negligencia o por nuestras acciones positivas y responsabilidad. Por eso, la etapa actual y nuestra batalla contra el coronavirus, es vital y debemos entender claramente la razón de esta situación. Un descubrimiento crucial y entender que la verdadera enfermedad es nuestra naturaleza egoísta y destructiva, nos dará la medicina: fortalecer nuestra cohesión social. Esa conciencia nos conducirá al fin del mundo disruptivo y desequilibrado que conocemos, y señalará el inicio de un nuevo mundo armónico lleno de bondad.

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Publicado en: News
2 comentarios sobre “No es el fin del mundo; es señal del avance humano.
  1. Monica ramirez dice:

    Es un teso para escribir y tiene mucha razón en todo me encantan sus palabras

  2. Charlene dice:

    Why viewers still use to read news papers when in this technological world everything is available on net?

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