Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Necesitamos un mundo nuevo

nuevo mundo nuevo cambioUn estudiante me escribió diciendo que hay mucha gente que cree que necesitamos un mundo nuevo. Me preguntó: «Si tuviera oportunidad de construir el mundo desde cero, ¿por dónde empezaría?». Le contesté que empezaría por un país, un país autosuficiente. Luego pediría un tiempo para desarrollar a la gente, para desarrollar la sociedad.

El problema es que somos como niños pequeños que esperan que el mundo funcione como quieren, simplemente porque así lo quieren. No funciona así. Para que las cosas funcionen como queremos, tenemos que aprender a hacerlas bien.

Por aprender, no quiero decir que debamos aprender sobre el mundo, sino sobre nosotros. Tenemos que cambiarnos a nosotros, para poder construir un mundo en el que logremos lo que queremos, sin contaminar el aire ni el suelo ni el agua ni eliminar especies de plantas y animales y finalmente, sin destruirnos a nosotros mismos.

El cambio que tenemos que hacer en nosotros se refiere a nuestra relación con la sociedad, no a la importancia que nos atribuimos a nosotros, sino a la sociedad en la que vivimos. En otras palabras, nuestras conexiones deberían ser nuestro principal foco de atención, en contraposición a nuestra actual disposición a centrarnos en nosotros mismos.

Cuando cambiemos, los productos que crearemos contribuirán al mundo en su conjunto. Como nuestra mentalidad cambiará de narcisismo a consideración mutua, todo lo que hagamos tendrá como objetivo servir a los demás y no sólo a nosotros mismos.

No quiere decir que no tengamos objetos personales ni que no necesitemos nada personal, sino que la forma de hacerlos y utilizarlos incorpore intrínsecamente que pensemos en el bien común. Como resultado, no tendremos que preocuparnos por hacer productos sostenibles ni procesos de producción respetuosos con el medio ambiente, porque nuestra naturaleza será trabajar pensando en beneficio de todos.

En otras palabras, el grado en el que se eleve la humanidad, es el grado en el que se elevará la sociedad. El éxito de un país no depende del avance tecnológico ni del modo de gobierno ni de los paradigmas educativos. El éxito de un país depende de la medida en que la gente piense en el bien común. La cohesión social y la responsabilidad mutua,  son los únicos factores que determinan el destino de una nación.

Hasta que construyamos un país así, como modelo para la humanidad, se podrá emular en todo el mundo. Esta fue mi respuesta al estudiante que preguntó cómo construir un nuevo mundo.

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