Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

¿Naciones Unidas? No, pueblos unidos

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[Reuters: Borut Pahor, presidente de Eslovenia, habla virtualmente durante la 75ª Asamblea General anual de la ONU]

Es un mundo nuevo. Una pandemia global puso en evidencia las debilidades de todos los sistemas creados por la humanidad. Enormes desafíos en salud y economía, profundos problemas sociales y polarización en la sociedad, es el orden del día a nivel internacional. ¿Es posible que las Naciones Unidas envejecidas tengan las soluciones a estos dilemas? Mientras la organización celebra su 75 aniversario, está claro que no logró sus objetivos y no puede lograr que todo se materialice de repente. La humanidad necesita darse cuenta que la solución para las crisis actuales no vendrá de ningún organismo geopolítico, sino únicamente de la corrección individual de nuestras relaciones humanas; de egoístas a altruistas.

“En un mundo interconectado, es hora de reconocer una simple verdad: la solidaridad es lo único que interesa. Si no aceptamos este factor, todos perdemos”, dijo António Guterres, secretario general de la ONU, durante la celebración de la Asamblea General, virtual, por primera vez en la historia, pues la COVID-19 muestra que realmente dirige el espectáculo en el mundo y establece sus condiciones.

Y si el impacto de la pandemia más devastadora que jamás hayamos vivido no fue lo suficientemente angustioso para mucha gente, tenemos otras crisis esperando montar la silla en nuestro abrumador escenario internacional: tensiones geopolíticas crecientes, pobreza sin control, hambre, sistemas educativos mediocres y obsoletos, odio, intolerancia y antisemitismo.

Se revela en nuestra vida cotidiana de manera nunca antes vista que somos globalmente interdependientes.

Un principio básico de la interdependencia es que, si alguna pieza falla, todo el mecanismo se detiene o apenas se mueve. Por eso, nos damos cuenta que las conexiones correctas y fluidas son indispensables para que personas y naciones prosperen. Si por el contrario, no logramos un cambio profundo para tener relaciones positivas, viviremos presiones y crisis sin fin, como ha sucedido a lo largo de estos años.

Después de 75 años de existencia de la ONU, no se le pueden atribuir muchos logros. Un ciudadano común en un país lejano, puede preguntarse: «¿Qué hizo esa organización por mí?» En lugar de lograr cooperación global frente a grandes desafíos, somos testigos de un club de representantes de gobiernos que se lanzan acusaciones entre sí, emisarios de los líderes mundiales de alto nivel atacando a la oposición y generando gastos de grandes sumas de dinero.

Anteriormente me reuní con representantes de alto nivel de las ONU y la UNESCO y entendí que operan de acuerdo con una política predeterminada. Por eso, sé que es mejor no esperar que la política de la ONU se comporte de manera diferente de un día para otro. En nuestra situación actual, no tienen ninguna posibilidad de éxito. Obtienen líneas ideológicas determinadas de las respectivas cabezas de estado y se comportan de acuerdo con el guión, sin desviarse ni a derecha ni a izquierda. Está claro que son políticos y nada más.

Sin embargo, no pido la abolición de la ONU, esa no es la alternativa.

Sigue siendo un espacio diplomático importante para reunirse y hablar, en lugar de tener guerras y luchas. Sin embargo, para que la función de la ONU sea útil para la humanidad, es necesario que dé un giro y establezca objetivos más altos, que tenga una reorganización extrema, que mejore y se actualice. El rostro de la ONU, es el rostro de la comunidad internacional y representa el rostro y la situación de todos los países y personas en el mundo. Y dado que todos somos egoístas por naturaleza, su tendencia es cuidarse sólo a sí misma. En otras palabras, no podemos esperar nada diferente de una organización que se asemeja y refleja el estado del mundo.

El siguiente paso que la humanidad anhela de una organización global es que sirva como escenario y plataforma de unidad en lugar de división. En lugar de que, con hermosas palabras que retumban, pase por alto y extienda las crisis que enfrenta la humanidad, tengo la esperanza de que la ONU se adhiera a otras organizaciones internacionales para poner los intereses y el bien de todos los ciudadanos del mundo como centro de atención. El llamado a la ONU para la acción, es dar a todos, programas educativos integrales para la conexión social, como condición para una sociedad donde todos estén más cerca. Finalmente, es la unidad de la gente lo que hace que las naciones estén verdaderamente unidas.

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