Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

El cuerpo sufre, el alma se pule

sufre sufrimientos almaLos meses febrero y marzo son los meses más difíciles para mi en el año. En esta temporada de transición, del invierno a la primavera, yo sufro de erupciones en la piel. Nunca olvidaré la actitud de mi maestro, Rabí Baruj Shalom Ashlag, aquel día a finales de 1991, uno de los años en los que más sufrí de infección cutánea. Paseábamos juntos en el parque y él notó que yo me quejaba y estaba impaciente por el viento que tocaba la piel y me producía un dolor punzante.

De repente me tomó del brazo y me dijo abruptamente: “¡Tú no te imaginas lo mucho que estás ganando con esto!”. Enseguida calló y volvió a caminar plácidamente en el camino como si no hubiese dicho nada. Mi corazón latía fuerte, la piel ardía, pero tuve una sensación de alivio interno. No físico, sino psicológico.

Aquella lección entre los caminos del parque me enseñó que todos los sufrimientos que pasamos son un remedio para el alma, y por eso conviene vivirlos. Después de un tiempo hablé con él al respecto, y él me compartió que también su sagrado padre, Baal HaSulam, Rabí Yehuda Ashlag, le dijo que los sufrimientos que uno pasa en su vida, principalmente los que sufre días y horas antes de su muerte, son sufrimientos que no conviene renunciar a ellos.

No puedo ampliar más sobre el beneficio que hay en el sufrimiento. Sonaría como algo místico o alucinante para el oído que no está acostumbrado, pero esta idea tiene una raíz superior.

Para comprenderlo completamente hay que entender la estructura del mundo espiritual, ver la conexión entre el cuerpo y el alma, entre los sufrimientos y el propósito de la vida. Esto demanda una pregunta previa y profunda sobre el sentido de la vida del hombre en el mundo.

Y yo no estoy hablando de sufrimientos leves, de algún dolor aquí o allá, que no es mandatorio sufrir por ellos. Me refiero a dolores y tormentos que a veces es mejor bajar la cabeza, y no es que sea algo tan simple, aceptarlos y pasarlos. No se trata aquí de practicar el ascetismo, pues como escribieron los antiguos sabios: “se da al médico la autoridad de curar”. Es posible y conviene utilizar todo lo que la medicina nos proporciona para alivianar el sufrimiento físico pero el trabajo principal es interno, emocional. La restricción es conveniente.
Cuento sobre este caso porque escucho más de una vez sobre enfermos que prefieren renunciar a la medicina, sufrir menos, y a veces prefieren incluso renunciar a la vida. Lo más fácil es renunciar a todo, pero yo en lugar de ellos no lo haría. No juzgaré a nadie, pero sí recomiendo intentar luchar por su vida, y a sus parientes les recomendaría incentivar a la persona en la mayor medida posible. Otra vez, en una lógica y un criterio sano, con acompañamiento médico profesional.

La muerte no asusta tanto. Es solo una confusión psicológica arraigada en la sociedad.

Se percibe como la mejor solución para pacientes terminales, pero si la persona se eleva supera los sentimientos y los difíciles estados que experimenta, conectándolos a la fuente de su destino, con la fuerza superior, aceptando que estos estados ocurran para superarlos, ganará muchísimo. El solo hecho que tal estado se revela es una prueba de que la persona tiene la capacidad de superarlo y de enfrentarlo. La pregunta es cuánto recibe este estado con amor y se entrega de corazón íntegro. Pues en estados en los que el cuerpo sufre mucho, la persona se encuentra en esfuerzos internos superiores y así se acerca mucho a la fuerza superior.

Uno no debe hacer cálculos sobre sí mismo u otros, y es recomendable incentivar a la persona que está sufriendo pensar en el prójimo. Ayudar al paciente a salir de sí mismo hacia los demás. De momento que la persona piensa cómo puede contribuir a los demás, estará atrayendo la fuerza superior que lo sana, tanto físicamente como emocionalmente. Espero haber logrado ayudar a otros pacientes.

(Contenido basado en charlas del Rav Dr. Michael Laitman, escrito y editado por sus estudiantes)

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Publicado en: News, Salud y bienestar
2 comentarios sobre “El cuerpo sufre, el alma se pule
  1. Rosa María Lomeli Delgado dice:

    Buen día. Muchas gracias. Bendiciones infinitas 🙏

  2. Javier Casas dice:

    Entender el proceso de nuestra existencia es una tarea ardua que lleva un proceso de maduración en los sentimientos de la persona. Para llegar a este camino me tardó miles de sufrimientos inmensurables de los que ahora solo puedo dar gracias porque entiendo un poco más el sentido de mi vida. Aún tengo mucho por aprender, la sabiduría de la Cabalá es muy noble porque te guía paso a paso, es decir, sustituye el sufrimiento por la educación y la práctica espiritual de la misma.
    Gracias infinitas Maestro Laitman

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