Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Cuando nuestros hijos adultos se van de casa

paternidad hijos dejar el hogar hijos adultosDesde el momento en que nacen nuestros hijos, invertimos todo lo que podemos en ellos sabiendo que llegará el día en que seguirán adelante y serán independientes, tendrán su propia vida. Esta transición puede ser difícil para la familia. Pero ¿cuál es la mejor forma de mantener relaciones con hijos adultos que se van de casa? ¿qué preparativos se deben hacer con anticipación hacia esta etapa para mantener a la familia conectada?

Desde pequeños, vale la pena establecer con los niños el hábito de no dejar pasar un día sin que se pongan en contacto con nosotros. No importa dónde se encuentren ni qué estén haciendo exactamente, que al menos una vez al día nos llamen para intercambiar impresiones respecto al bienestar de todos. No es necesario que seamos nosotros los que los llamemos porque podrían estar ocupados y podríamos molestarlos. Es mucho mejor si se acostumbran a llamarnos. De esta forma, cuando llegue el momento de salir de casa, tendrán el hábito de contacto diario establecido.

De nosotros como padres, escucharán lo que sucede con el resto de la familia. Así se mantendrá la conexión familiar. Por supuesto, también será necesario mantener contacto físico y también debería ser una rutina regular. La comida casera que prepararemos para que se la lleven a casa también nos dará sensación de conexión durante toda la semana.

En general, la etapa de dejar el hogar por su vida adulta independiente, se debe preparar durante años. La independencia se construye en una atmósfera donde los niños aprenden a ser responsables, maduros y que realmente funcione como si ya vivieran en su propia casa, aunque aún estén con nosotros. Y cuando finalmente llegue el día de irse, nuestro trabajo debería ser darles sentido de confianza y seguridad de que pueden manejarse por sí mismos. Siempre estaremos ahí para apoyarlos, pero la responsabilidad es de ellos.

Cualquiera que crezca en un hogar con un ambiente excesivamente mimado, en el que todo se hace por ellos, tendrá dificultades para acostumbrarse a la vida independiente. Quedan discapacitados, no saben cómo organizar ni lo más básico, como la comida, la lavandería y las responsabilidades de la vida cotidiana, sin mencionar preocupaciones complejas como las relaciones a largo plazo y formar una familia propia. Se sentirá mal equipado para tomar la vida en sus propias manos. De hecho, si con anticipación no les damos una educación adecuada, será difícil compensar el déficit acumulado en el momento en que se vayan de casa.

¿Qué se puede hacer si esa situación es la realidad? Siéntate con tus hijos y escriba una especie de guía de vida, una guía lo más detallada posible, con casos y consecuencias, qué hacer cuando las cosas sucedan de cierta manera, cómo lidiar con algunas dificultades que probablemente encontrarán en la vida y cómo reaccionar cuando surgen ciertos problemas. Todo lo que no fue absorbido por su mente y corazón en sus años de infancia, ahora debe estar escrito.

Nosotros, como padres, también debemos estar preparados para enfrentar la situación de que nuestros hijos abandonen el hogar y a adaptarnos a vivir en el nido vacío. Cuando se vayan y no se comuniquen con nosotros por día, probablemente nos sentiremos muy heridos.

Quizás no tenemos derecho a sentirnos heridos, porque es el resultado de la forma en que los educamos. Su comportamiento no significa que tengan la intención de hacernos daño, pero nuestro ego exige su atención. Aparentemente, no pudimos inculcarles buenos ejemplos de preocupación por los demás y reciprocidad en las relaciones.

Después de enfrentar la falta de nuestros hijos adultos y nuestra propia soledad, lo que podemos hacer es llamarles a diario para evaluar cómo suenan, si necesitan algo y ofrecerles ayuda o buenos consejos. Después de un período, en el que se acostumbren a que los llamemos, podemos decir algo como: «No sabemos si podemos llamarte mañana, pero nos sentiríamos muy felices si nos llamaras». Y así, poco a poco, se irá formando el hábito del vínculo mutuo.

En pocas palabras, es parte natural de la vida, que cuando nuestros hijos crecen y progresan, se vuelvan independientes y comiencen una nueva vida por ellos mismos. Lo que debemos tener siempre en cuenta es que nuestro trabajo es darles la sensación de seguridad, una guía para su vida futura y la sensación de que estamos detrás de ellos sin importar qué. Debe haber una garantía clara de que, aunque salgan de nuestro hogar, nunca abandonen nuestro corazón. Y esa afirmación será correspondida.

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Un comentario sobre “Cuando nuestros hijos adultos se van de casa
  1. Rosa María Lomeli Delgado dice:

    Buen día. Muchas gracias 🌹 Dios los bendiga grandemente 🙏🙏🙏

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