Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

¿Cómo puede la conexión solucionar nuestros problemas?

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El malestar social, los desastres naturales, la pandemia, la crisis económica, la polarización, caen todos a la vez en el mundo. Es la primera vez en la historia en la que los golpes llegan a escala global, independientemente de antecedentes o nacionalidad, género o estatus. Y los problemas aumentarán hasta que aprovechemos esta oportunidad única para entender nuestra conexión y podamos mantenernos a flote en esta tormenta.

Hambre, guerra y desastres naturales, están en el pronóstico y nadie promete que lo peor ya pasó. Por el contrario, todos los indicadores muestran que el mundo no está ni cerca de curarse. En medio de la crisis actual y con las sombrías predicciones, hay sensación de fatiga en la gente. Justo cuando comenzamos a esperar recuperarnos de las repercusiones de la Covid-19, estalla una segunda ola, con nuevos bloqueos en el horizonte, la economía se contrae aún más y poner comida en la mesa se vuelve más difícil que nunca.

Como si fuera poco, las condiciones climáticas extremas son la nueva normalidad. Por segunda vez en la historia, la temporada de huracanes en Estados Unidos fue tan activa, que los 21 nombres de tormenta seleccionados para cubrir la temporada ya se agotaron y el Centro Nacional de Huracanes tuvo que armar una nueva lista con opciones de nombres utilizando el alfabeto griego.

Los problemas y desequilibrios que experimenta el mundo son resultado de la lucha entre dos fuerzas de la naturaleza: la fuerza de separación y la fuerza de conexión.

Pero, ¿a qué conexión nos referimos? Nos referimos a un vínculo indivisible que debe darse entre los individuos a nivel humano, el nivel más alto en la naturaleza, por encima de la flora y la fauna. Es crucial, porque los seres humanos y específicamente las relaciones entre nosotros, tienen la influencia más profunda en los niveles inferiores de la naturaleza.

Detecta la fuerza positiva

Cuando los humanos se conectan correctamente, se crea una especie de campo magnético que impregna al resto de la naturaleza. Hasta ahora, la humanidad fue impulsada por pensamientos negativos y por un comportamiento mutuo imprudente y opresivo que afectó negativamente al ecosistema. Los virus que nos transmitimos son la expresión biológica de nuestras relaciones negativas y dañinas. Por eso, si no corregimos nuestra conexión mutua, las pandemias futuras estarán en fila esperando ser reveladas.

No se trata de qué ocurrirá a continuación ni dónde ocurrirá; el mundo entero está en un estado de constante agitación y la amplitud de las calamidades crece día a día. Somos testigos de la velocidad de la bola de nieve y de la magnitud de estos choques.

Existimos en un sistema global, holístico y total, en el que todos los elementos se integran perfectamente, a excepción del hombre. Y no hay salida, no podemos escapar, porque aunque no somos plenamente conscientes de nuestra interdependencia total, estamos regidos por la ley del sistema integral global en la que todos influyen en todos y también en todas las demás partes de la sociedad y de la naturaleza. Si seguimos siendo gobernados por nuestro ego, que nos lleva a cuidarnos a nosotros mismos, a alegrarnos en secreto por las desgracias y las dificultades de los demás, llegaremos al punto de la destrucción del planeta y de la «corona de la creación», la raza humana.

¿Tenemos alternativa?

Sí. Hoy más que nunca, debemos ser considerados y responsables mutuamente -fuerza positiva-, para equilibrar nuestro estilo de vida egoísta -fuerza negativa- y ahorrarnos cantidades incalculables de sufrimiento innecesario. Debemos comenzar rodeándonos activamente de un entorno que nos inspire a cuidarnos unos a otros, a cooperar y a conectarnos positivamente.

En pocas palabras, la naturaleza evoluciona constantemente con una serie de crisis, el resultado final es activarnos para alcanzar mayor cooperación y unidad. Precisamente en este momento de crisis universal, nos estamos preparando para hacer un cambio a escala global hacia la integración plena con la naturaleza.

Si logramos una conexión positiva por encima de nuestra inclinación divisoria y damos prioridad a los valores de unidad en la sociedad humana, aseguraremos buena salud para el planeta y se abrirá para nosotros un nivel de existencia totalmente nuevo y armonioso.

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Publicado en: News, Educación Integral, Relaciones Interpersonales

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