Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

Qué quieren los antisemitas de nosotros

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Partidaria pro-palestina discute con partidarios israelíes, luego del estallido de violencia israelí-palestina, durante una protesta cerca del consulado israelí, en el distrito de Manhattan, Nueva York, NY, EUA, 11/may/21. REUTERS / Eduardo Muñoz

Las manifestaciones masivas con hostilidad feroz contra los judíos y el derecho de Israel a defenderse, son cada vez más comunes en el mundo, a medida que nuevas multitudes se unen a la última campaña antisemita mundial, impulsada por una cobertura mediática sesgada. El establecimiento de comités internacionales para investigar crímenes de guerra, en la última operación militar israelí, acompaña a las renovadas amenazas de Irán para la aniquilación del estado judío. En resumen, hay consenso global de que los judíos son el principal problema del mundo.

Seamos claros. No se trata del conflicto palestino-israelí ni de fanatismo religioso entre el judaísmo y el islam ni de la intensificación del choque de opinión entre derechistas e izquierdistas ni entre demócratas y republicanos. El problema tampoco se centra en el área limitada de la Tierra de Israel, porque el fenómeno del odio existía mucho antes del establecimiento del Estado y seguirá incluso si migráramos a otras partes del mundo. Es un fenómeno natural: el antisemitismo es una ley de la naturaleza.

Sin embargo, no hablo sólo del odio estrecho hacia los judíos, sino de un odio más amplio. Incluso sin judíos en el planeta, habría odio entre todos, un odio vibrante y fermentado por todas las corrientes de la humanidad. La raíz del problema es el ego humano que está en el núcleo de la sociedad humana, un ego que crece y comienza a consumirse a sí mismo. Y la única forma de frenarlo es corrigiéndolo.

Da la casualidad de que los judíos tienen el método único para conectarse y salvarse de la garra del ego formidable que existe en la raza humana. Y esta protección no es sólo para los judíos, sino para todos, sin excepción.

Porque en todo el mundo, estamos conectados a una red de comunicación global e integral, cada cambio pequeño afecta a todo el sistema y agita todas las redes. Israel es un centro importante en la red de relaciones de poder en este sistema globalizado. Si sus miembros corrigen sus lazos mutuos y trascienden el ego natural, la fuerza de conexión que los judíos crearían, irradiaría «luz a las naciones». Esta es la idea espiritual en la que se fundó el pueblo judío.

La historia de los judíos comenzó en la antigua Babilonia, hace unos 3,800 años. Nuestro antepasado Abraham, reunió a su alrededor a representantes de muchos clanes que hoy evolucionaron y son toda la humanidad. Mientras tanto, a lo largo de los años, los seguidores de Abraham, se convirtieron en el pueblo de Israel, un grupo que trabajó para descubrir el poder de la unidad en la naturaleza; un equipo que, para bien o para mal, fue elegido para implementar los términos de garantía mutua entre todos, según la regla «ama a tu prójimo como a ti mismo».

Desde el punto de vista de la naturaleza, el cambio que se haga en el corazón del pueblo de Israel es la transformación que se extenderá por el mundo. Pero como nuestro ego o visión egoísta crece constantemente y neutraliza la sensación de peligro que se cierne sobre nuestra cabeza judía, incluso cuando aumenta la presión del mundo en forma de antisemitismo, esta noción de nuestra responsabilidad judía de unirnos y ser modelo a seguir para la humanidad, aún estamos lejos de entenderla.

Somos tercos y de corazón duro. Incluso si nos disparan flechas envenenadas, no podemos creer lo que sucede ni la magnitud del problema. Al último minuto, el «judío inteligente» dentro de nosotros, siempre intenta levantarse y afirmar que la situación necesita ser estudiada, digerida y entendida, analizar su causa y efecto. Y se hace un buen cálculo, sólo si creemos que dará sus frutos. En un nivel, los judíos escuchan, pero para cuando el mensaje se impregne de verdad y sintamos que es real, me temo que sea demasiado tarde. Con suerte, la crisis actual de odio y hostilidad antisemita será la excepción a lo que ha sido la regla y finalmente lleguemos a reconocer la verdad de que nuestra conexión, es la única oportunidad que tenemos para asegurar nuestro buen futuro en lugar de ser derrotados.

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Publicado en: Antisemitismo, Judíos, News
Un comentario sobre “Qué quieren los antisemitas de nosotros
  1. Rosa María Lomeli Delgadorelac dice:

    Buen día, me pregunto para que quiero demostrar en el ambiente que me desenuelvo gpos de AA, familia, relaciones interpersonales aún con los animalitos que no necesiito de nadie. Siento el frío de la soledad, no se como aprender a quitarme las máscaras que uso para protegerme de la vulnerabilidad que hay dentro de mi. Y el ego me manda arriba o totalmente al piso. Quiero cambiar ese miedo que me ha paralizado toda mi vida x Fe en mi Creador. Muchas gracias 🌹 Dios los bendiga grandemente 🙏

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