Dr. Michael Laitman Para cambiar el mundo cambia al hombre

La búsqueda de la felicidad y la disipación del sueño americano

Está incrustado en las capas más profundas de la sociedad estadounidense. «Vida, Libertad y Búsqueda de la felicidad», es el credo fundador de la Declaración de Independencia de EUA que apunta a la máxima realización en la vida de todos. Sin embargo, la realidad es que este ideal ni siquiera llega a la superficie de la sociedad estadounidense. A pesar de gastar cantidades astronómicas de dinero y de trabajar arduamente para encontrar la felicidad, EUA tiene la tasa más alta de uso de antidepresivos en el mundo. ¿Cuál es la razón y qué se puede hacer para cambiar este fenómeno?

El ingreso per cápita en EUA es más del doble que en 1972, pero el bienestar de sus ciudadanos tiene señales inquietantes de deterioro. EUA ocupa el lugar 18 de 156 países evaluados en el Informe mundial de felicidad 2018, muy por debajo de otros países ricos. El economista Jeffrey Sachs, editor del informe, afirmó que «la tendencia no es buena y la posición comparativa de EUA con relación a otros países de altos ingresos, es alarmante». Él atribuye esta divergencia a la obesidad, al abuso de drogas y a la depresión, problemas asociados con insatisfacción en la vida.

La búsqueda de la felicidad constantemente lleva a la gente a preguntar por la fuente de la felicidad. Se estima que en EUA, una conocida industria de productos y servicios de autoayuda, que vende ilusión, alegría y satisfacción, gana más de 10 mil millones de dólares al año. También una cantidad importante se gasta en viajar al extranjero y, alrededor de 118 mil millones de dólares se gastan en actividades de ocio e indulgencia.

Si un esfuerzo así no da frutos, ¿pudiera ser que el problema sea cómo y dónde se busca la felicidad?

Cómo medimos la felicidad

El valor del trabajo duro para lograr éxito en la vida, generalmente se interpreta como acumulación de posesiones materiales, centrándose en cosas que dan alegría y satisfacción, lo que el dinero parece comprar. Ganar lo más que se pueda de dinero aumenta la autoestima, ya que el que obtiene riqueza, también gana respeto y reconocimiento de los demás. Vivimos bajo la impresión de que ser rico equivale a ser feliz y estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para enriquecernos.

Este objetivo motiva a la gente a trabajar más y a socializar menos, pero logra el efecto contrario a lo que desea: siente más soledad e insatisfacción por la abrumadora inversión en tiempo y esfuerzo para lograr el objetivo. Mientras más nos centramos en lo que nos da placer, más rápido se desvanece la emoción y pierde su importancia.

Comprar un auto nuevo, una casa impresionante, el último dispositivo electrónico, tener un trabajo de prestigio, nos da satisfacción efímera. Eventualmente nos acostumbramos a esas nuevas adquisiciones, volvemos a nuestro punto de partida y terminamos en el mismo estado o incluso en uno más desdichado. Es la misma vieja carrera de la rata sobre la rueda, corriendo sin cesar, sin tener claro hacia dónde, buscando nuevas fuentes de placer a medida que expiran las viejas.

La felicidad depende de los demás

En contraste a la percepción común de «riqueza=felicidad», varios estudios han llegado a la conclusión de que las relaciones, no las posesiones, tienen la llave de la felicidad.

Cuando se le pidió al reconocido psicólogo Chris Peterson, sintetizar décadas de investigación en el campo de la psicología positiva, respondió: «los demás importan». Uno de los estudios más largos sobre este tema, duró casi 80 años y fue realizado por investigadores de Harvard. Siguieron la evolución personal de 268 estudiantes de segundo año para identificar los factores que influyen en una vida sana y feliz.

El estudio encontró que la amistad y la conexión social, más que el dinero y la fama, es lo que hace feliz a la gente. Además, los que tienen relaciones cálidas y pertenecen a una comunidad, no sólo viven más felices, sino por más tiempo. Como parte de las conclusiones del estudio, su director Robert Waldinger afirmó que «la soledad mata y es tan poderosa como fumar o tener adicción al alcohol».

La sabiduría de la Cabalá ha hablado de este principio por miles de años: la verdadera felicidad sólo se puede encontrar en una conexión humana positiva, en nuestra unidad colectiva, donde cada uno se preocupa por los amigos y por la sociedad. Además, la Cabalá establece que la felicidad basada en la conexión tiene potencial ilimitado.

Pero ¿por qué?, ¿qué significa que al conectarnos positivamente con otros tendremos una felicidad ilimitada? Además, ¿qué limita nuestra felicidad?

Preocupación por uno mismo: Obstáculo de la felicidad

¿Qué limita nuestra felicidad? La preocupación por nosotros mismos; cuando tratamos de disfrutar individualmente y a expensas de los demás. Según la Cabalá, la naturaleza humana es el deseo de disfrutar. El estímulo que nos dio la naturaleza es disfrutar, sentirnos bien y ser felices. Sin embargo, aunque todos nuestros deseos trabajan constantemente para que seamos felices, nuestro problema es que no sabemos cómo disfrutar. Como lo demuestran los ejemplos anteriores, interpretamos el deseo de disfrutar en términos de obtención de riqueza, adquisiciones materiales, honor, respeto, control y conocimiento.

Todas estas formas corpóreas y materiales de disfrute comparten un denominador común: buscamos satisfacción individual a expensas de los demás. El problema de disfrutar así, es que el deseo de disfrutar es de tal que el placer auto-dirigido se extingue en el momento en que lo recibimos. Como cuando comemos, aplacamos el hambre y al final de la comida no queremos comer más, así es con todos nuestros deseos corporales: todos se desvanecen al tocarlos. Esta es la paradoja de por qué, aunque hemos construido una sociedad occidental con abundancia de placeres materiales, la depresión y la soledad abundan.

Los sabios de la Cabalá se dieron cuenta de este problema de la naturaleza humana y buscaron solución. Lo que descubrieron es que cuando se redirige el deseo de disfrutar, cuando dejamos de buscar satisfacción individual y empezamos a buscar la satisfacción de los demás -aunque no veamos ningún beneficio directo en esa inclinación-, encontramos la clave para disfrutar y ser felices sin límites. Los cabalistas descubrieron que detrás de lo que consideramos felicidad hay una fuente que la origina, un deseo opuesto a nuestra propia naturaleza y es la cualidad de dar, amar y conectarse. Cuando tratamos de imitar esa cualidad, tratando de dar, amar y conectarnos positivamente con los demás, nos influye, nos cambia y nos da más y más equilibrio. Y mientras más estemos en equilibrio con la naturaleza, más felices seremos.

La ciencia de la felicidad y la psicología positiva confirman lo que Cabalá ha afirmado por miles de años

Recientemente, en los últimos 20 o 30 años, la ciencia de la felicidad y la psicología positiva surgieron para estudiar qué nos hace felices y qué se interpone en el camino de la felicidad. Llegaron a la conclusión descubierta por la sabiduría de la Cabalá hace 5,000 años: que en realidad, dar nos hace mucho más felices que recibir. Mientras más fuerte es nuestra relación con los demás, más felices somos. Si nuestro deseo se orienta fuera de nosotros mismos, en dar a los demás, nunca sentiremos vacío.

La esperanza de felicidad depende sólo de nosotros y sólo nosotros establecemos el alcance de nuestra felicidad futura. Esta se puede inflar, expandir y disfrutar todo el tiempo y, se tendrá potencial para disfrutar sin límite. En lugar de tratar de disfrutar alejados de los demás y encontrarnos con las manos vacías una y otra vez, podemos construir una felicidad cada vez mayor con nuestro esfuerzo para conectarnos positivamente, uniéndonos cada vez más para estar en equilibrio con la naturaleza. Así, la plenitud será una realidad tangible y no sólo un sueño.

(traducción del video)

La generación joven está cambiando para vivir con aparatos,

en lugar de tener su primer amor, una familia, romance y paseos a la luz de la luna,

prefiere relaciones virtuales y viajes al ciberespacio y, le es suficiente.

La generación joven quiere escapar de esta vida y

lograr dimensiones más altas.

Siente que su psicología, su mente y su corazón

están en una jaula, como un animal que no puede escapar,

así siente la vida.

Cuando observa a la generación anterior, ve lo primitiva que fue, como dinosaurios.

Así fue feliz, pero ya no funciona para la nueva generación.

Y cuando los adultos le exigen que siga el mismo camino,

tenga las mismas metas y objetivos en la vida, no lo puede aceptar.

Algunos pueden ajustarse y vivir igual a la generación anterior,

con el mismo sistema de valores.

Algunos necesitan liberarse del sistema e ir adonde hay aire fresco,

Pero no pueden, se sienten estrangulados

¿Qué será de ellos?

Estoy muy feliz de ver esta generación y realmente espero que persevere

y entiendan que hay una forma de liberarse, de salir de nuestra naturaleza

y de vivir en otra dimensión.

 

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